Rubén Darío Jara, el ejemplo de querer superarse
Tiene 26 años, es uno de los integrantes del Curso que UTTA,
que con el aval del Ministerio de Trabajo de La Nación, organiza en el
Hipódromo de Las Flores para formar de peones
de turf y al concurrir a cada clase semanal se recorre los casi 100 kilómetros que separa su hogar
de Rafaela con el aula de Santa Fe. “El viaje casi no lo siento porque vengo a
aprender lo que me gusta”, confiesa.
Ya es primavera y el clima agradable acompaña lo que sería
la segunda de las diez clases previstas en el Nuevo Hipódromo de Santa Fe para
la formación de peones de turf y, entre el grupo de asistentes, uno de los
primeros en llegar es Rubén Darío Jara, que desde temprano salió de Rafaela
para tomarse un colectivo que lo llevé a Santa Fe y su deseado objetivo: aprender
más sobre este oficio hípico.
En épocas donde para los jóvenes la palabra aprender no
parece estar entre sus predilectas, el caso de Jara conmueve porque se lo nota
con ganas y ese entusiasmo merece el aplauso. “Siento que puedo llegar lejos y
estar al lado de los caballos es algo único”, dice, quién como la mayoría de
los presentes ya viene con un vinculo previo en esta actividad. “Mi padre fue
capataz del entrenador Roberto Pellegatta en Buenos Aires”, confirma un
dato para entender que, en su caso como
el de muchos de sus compañeros, es una
labor que se hereda de familia.
El tiempo de espera en la terminal de ómnibus, tanto de ida
como de vuelta y la distancia; más el propio gasto de los pasajes no parecen
atentar contra su voluntad de conseguir el certificado de fin de curso UTTA,
que se potencia ya que tiene la garantía que aporta el Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social de la Nación. “Nos da posibilidades a muchos de
nosotros de incluirnos laboralmente. Estoy muy agradecido a UTTA. El viaje casi
no lo siento porque vengo a aprender lo que me gusta”.
La vida laboral de su padre fue cambiando de destino. Tras
un extenso periodo en Buenos Aires, se mudaron a Paraná y hace unos años que
toda la familia está afincada en Rafaela. “Por el tema de los caballos, con mi
familia nos fuimos mudando a diferentes provincias. Ahora que ya estoy más
grande busco hacer mi propia historia, siempre ligado a las carreras”,
profundiza.
Llega el momento de la charla práctica, en la que el profesor Ramiro Zelko exhibe un caballo más que manso en uno de los boxes que están dentro del mismo hipódromo de Las Flores para explicar su adecuada limpieza tanto del pelaje como de los cascos. Los ojos de Rubén brillan de contento; está en su salsa, no hay discusión que esto es lo suyo y no existe distancia alguna que lo separe de este aprendizaje.
Locos del Turf / /Utta
By: Constanza Pulgar - De Turf Un Poco
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