lunes, 1 de mayo de 2017


EL MARGOT encendió la admiración bajo un crepúsculo hechizado por Altair

 


La inspiración infinita de Altair Domingos. El vareo de “Quique” Martin Ferro en consonancia con Niquito. Y la inoxidable calidad de El Margot ($ 5.60) para rubricar su brillante “double-event” en el Gran Premio República Argentina-G1 (2000 mts., $ 2.890.000), consumando una hazaña de espectaculares ribetes al calcar el punch de doce meses atrás.

Las ratificaciones de Che Micky y Fiskardo permitían presumir un desarrollo violentísimo, y además apareció Gallileo’s Town para calentar la hoguera sin contemplaciones, presionando de lleno al huésped de Oscar Frávega. Podrán creerse o no los 45.65 señalados por el reloj palermitano, lo cierto es que accionaban alocadamente, cortados de Fiskardo, cabeza de un segundo pelotón en el cual se escalonaban a posteriori Fatherstone, Finneon (BRZ) e In the Dark.

Abandonando el opuesto, Che Micky y Gallileo’s Town le estiraban varios muebles a Fiskardo, diferencias que el Not for Sale iría achicando durante la curva al acelerar su paso, con Finneon por detrás y el resto agrupado en un compacto racimo.

Ya en la recta, el desenlace habilitaba cualquier grito. Che Micky quemaba sus cartuchos ulteriores. Fiskardo lo emparejaba con esfuerzo, Finneon dominaba demasiado temprano para ensayar una corta disparada, e In the Dark desenrollaba su rentrée a la par de Harlan’s Blue.

Sin embargo, restaba el poema de la “Fera” a bordo del riocuartense El Margot. Al que retuvo a más no poder, a sabiendas de la vorágine suicida impresa a la descubierta, endilgándole una vital serenidad; y al que no le hizo perder ni un centímetro, gambeteando oponentes por dentro con habilidad maradoniana para encontrar el hueco providencial en una baldosa, proyectar al cincoañero del stud “Don Luis” por el flanco interno de Fiskardo, soltarle amarras al ver el terreno en los 300, y pedirle esa proverbial arremetida de nocaut en el furlong decisivo, tan trillado por su papá El Garufa. Allí, en el momento del cansancio de los demás.

Vitoreado por la multitud, aun por aquellos que ficharon en su contra y soltaron un gesto de asombro al observarlo desenfundar, El Margot congeló a Finneon a 180 metros de la meta, y esos 3 largos de luz en presuntos 1:59.80 para la arena normal valieron una montaña en la impresión.

A 2½ del placé, Harlan’s Blue –suele agrandarse en las bravas- precedió por la cabeza a un Fiskardo visiblemente incómodo por la imposibilidad de manejar la delantera. In the Dark, a las patas, del anterior, reapareció de extenso paréntesis con una gestión acaso tan tibia para su aureola cuanto provechosa para el inmediato porvenir; sostuvo las posturas mayoritarias, índice de la memoria conceptual de los burreros.

El séptimo halago en diecinueve presentaciones, tercero de G1 para el nieto materno de Louis Quatorze (USA), lo devuelve a un pedestal en el contexto del semifondo y el aliento. Su dueño y criador, el veterano Luis María Aramburú, tocó el alma de muchos turfmen al concurrir a la foto en silla de ruedas para dibujar una postal genuina de la pasión del hombre por los SPC.

La sublime faena de su jinete, astuto para inventar un atajo imposible en medio del embotellamiento, rayó la perfección.

Pablo F. Gallo
Revista TODO A GANADOR









 By:   Constanza Pulgar - De Turf un Poco

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