domingo, 19 de noviembre de 2017

CALCOLATORE puso su acento cordobés

 



Osmani, Jony, Chucho y Marcos compraron a Calcolatore para correr el San Jerónimo. Pasó de manos de Daniel Etchechoury a las de su hermano Juan Javier. Y éste los persuadió que tenían material para intentar hazañas mayores, en una historia con final feliz escrito por el alazán en el 97° Gran Premio Internacional Dardo Rocha-G1 (2400 mts., $ 4.482.000).

El hijo de Tawqeet (USA) los amontonó abierto a la altura de los 300, donde el líder Fiskardo resistía el acoso de Cut Start mientras Sixties Sing, por tercera línea, comenzaba a certificar esos comentarios de entresemana según los cuales la mano venía fulería.

Y llamado a la realidad por Rodrigo Blanco, el 4 años originario del Haras Santa María de Araras se distanció en tres saltos, echándose adentro y asegurando la presea dorada a 200 metros del espejo.

En el desenlace, con el triunfo en el bolso, "Ojitos" se paró en los estribos a festejar, y por eso la arremetida interna de Marcus Aurelius se acercó a largo y medio. A casi 3 quedó Fiskardo, tras planchar el trámite con tajadas de 27.37, 52.43, 1:17.15, 1:40.54 y 2:05.00. Soy Inglés dejó 6° a "variedades" (8) a Sixties Song y a su halo de celebridad deshilachado en la aventura intercontinental.

El cuarto lauro en catorce performances significó el primero gradual para Calcolatore ($ 8). Que cuando la noche del domingo caía fresquita sobre el circo de los Eucaliptos extendió las brazadas hacia la gloria e inscribió su nombre para la posteridad.

"Le teníamos fe al caballo, pero era brava, estoy contento por Javier, que se lo merecía porque no había tenido suerte. Y por la Familia Etchechoury, que son unos monstruos. Este fue mi cuarto Dardo Rocha ganado, todos tuvieron un gusto distinto porque esta carrera siempre te emociona y te deja un sabor especial", nos dijo Rodrigo antes de dirigirse a montar a Amy B Key para la undécima victoria de la fotocopia de Tato Key en el Marcos Levalle-G2 (1600).

Estuvo en el Bosque el titular de Lotería Provincial, Matías Lanusse, y pidió "un palco para que no me vean" (sic), preguntando de paso "dónde quedaban", en una muestra gratuita de desconocimiento del hipódromo y de la materia Turf, manejada en Argentina por algunos personajes de orfandad hípica palmaria.

Para el epílogo, con la batería del celular en rojo de tanto escribir y escolazar, la palabra del entrenador del nieto materno de Bernstein (USA): "Cuido este solo, me lo trajo el Bocha Bordón por su amistad con los dueños, y después de estar un año y medio alejado fue para mí como un volver a vivir. Quiero darles las gracias a mi hermano Daniel que es un fenómeno y a toda mi familia porque siempre me apoyó".

Así pasó otro Dardo Rocha. Con clima de camperita en el crepúsculo. Casi a tono con el marco apenas moderado de las tribunas, sin dudas un fiel reflejo de la cotidianeidad.


Pablo F. Gallo
(Foto Marcelo Saracchini)
Revista TODO A GANADOR


By: Constanza Pulgar - De Turf Un Poco
 
 

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