UN CUIDADOR INMENSO

 

Era una mañana en el Campo II de San Isidro. Llegaron unos compradores extranjeros a ver al galopador Mr. Mat, su trainer estaba en la cancha y junto al desaparecido "Cabezón" Favero también esperábamos para tomarle unas fotos al ejemplar. Molestos por su demora, al regresar el cuida hubo un cruce de palabras ante la imprevista queja de los visitantes por la tardanza, y enseguida les dijo que el caballo no se sacaba porque "estuvo muy nervioso de madrugada. Vuelvan a la tarde o si no otro día". Nosotros mirábamos la escena, sorprendidos. Y allí quedamos, mientras los "yonis" partían en su automóvil. Al ratito se abrió la puerta del stud, nos llamó con un "pasen pibes, qué precisan", y de inmediato dejó una frase que lo pintaba de cuerpo entero: "estos que se agrandan y gritan no sé, conmigo no van". Mateamos, y un mansito Mr. Mat posó sin inmutarse.

Correntino, lo trajo de su provincia natal el recordado Ramón Núñez (hermano de Manucho e Isaac, y papá de los mellizos Ricardo y Ana, ésta esposa de "Batata" Gutiérrez), y con su tutor se inició de peón. Más tarde pasó a desempeñarse como capataz de Felipe Costa, sucediendo en dicho rol a Juan A.V. Antognozzi. Muchos años más tarde empezaría a enseñar cuánto había aprendido en esa escuela inigualable de la época dorada de nuestro Turf.

Cuidó a Algenib, a Sebi Halo, El Coliseo, el citado Mr. Mat, Lingote de Oro, Todo un Amiguito, El Meteoro, Giulie-Halo, Thunder One, Pocholo, Five Brother's, Waltzer, Aly Sun, El Murguista, Lord Card, Bubble Caro, Dolphy, Lord Jan, Mr. Redford, Jacky Halo, Príncipe y Basta, Abroquelado, Rave, Flag Chocolatero, Storm Embrujado, Fasteed Emperor, Star Runner, Lilox, Busy Guy, Livingstone, Mi Amiguito, Van Smile, Feel Fast, Papá Inc, Cut Start, Sei Romano, Endeavour, Amiguito del Alma, y ya desde mediados de la temporada pasada, cuando una enfermedad entró en su cuerpo para que otra vez le preguntemos a Dios si eso es justo con gente tan buena, comenzó a presentarle su hijo Gustavo con mayor asiduidad.

Hablando vuelta a vuelta por teléfono, lo cargaba con respeto por su querido San Lorenzo, él me felicitaba por los triunfos del Pincha, en casos coincidíamos con un "de fútbol mejor no digamos nada". Y con pocas palabras, al analizar alguna carrera, dejaba en claro la opinión inequívoca de un sabio del metier.

Ernesto Eusebio Romero. Laburador de sol a sol, responsable, humilde por naturaleza y excelso compositor. No sé si más fenómeno por grandeza humana o por estatura profesional. Y en esa duda tan linda, ahora tan triste, uno sólo sabe que lo va a extrañar.

Hasta siempre, Maestro.

Pablo F. Gallo
Revista TODO A GANADOR

By: Constanza Pulgar - De Turf Un Poco