sábado, 12 de abril de 2014


GRAN PRESENTE


Roberto Cantó pasa el rastrillo en todos lados



Nicolás Alcalde

El entrenador es furor en estos meses por los triunfos selectivos de Brilla el Rey e Ina Nistel, dos de los productos que sobresalen de la generación nacida en 2011. Cuida en Mar del Plata, en el hipódromo que está abandonado desde hace años y cuenta detalles que lo revaloriza aún más: “Antes de que trabajen mis caballos, me encargó de pasar el rastrillo en la cancha. Es tierra de nadie ese hipódromo”.

El cuidador confía que Brilla el Rey se adaptará sin problemas
 a mayor distancia. (DupratPhoto-PH)

El turf del interior nutre a los principales hipódromos del país en forma constante de grandes profesionales. En las pruebas selectivas siempre surgen productos que son presentados por cuidadores de tierra adentro. En estos meses, la presencia de Roberto Cantó, que trabaja en Mar del Plata, se acostumbró a levantar trofeos por intermedio de Brilla el Rey e Ina Nistel.

Todavía siguen los elogios por el arrollador triunfo de Brilla el Rey en el Clásico Raúl y Raúl Chevalier (G2, 1400 metros) y el inicio de la charla con Pura Hípica se enfoca en el noble hijo de Star Dabbler. “El potrillo demostró de entrada y me sorprende día a día. Todavía no le encontré el techo. Estoy seguro que va para mayor distancia”.

De golpe surge con un dato desconocido, ya que su vinculo con Brilla el Rey no es sólo laboral, sino que también es su propietario. Así lo cuenta: “Por no haberse vendido en una de las subastas a las que se lo llevó, la dueña del haras me lo ofreció. El pacto fue abonarlo en cuotas, pero por suerte se pudo pagar por completo luego de su segundo triunfo” . Y enseguida explica por qué lo ratificó en el Clásico Luis María Doyhenard (G3), del domingo en La Plata, a sólo siete días de su última presentación. “No siente los viajes a Buenos Aires. Además, tiene muy buena salud”.

Lo bueno de su caso es que en su stud también tiene otro buen elemento como Ina Nistel, una potranca muy regular y reciente tercera en el Clásico Fortunato Damiani, que se disputó en la superficie pesada de La Plata: “Tiene mucha calidad. En la última salida no se adaptó al barro, se venía cayendo. Estuve a punto de no correrla. Ahora pienso anotarla para fin de mes en San Isidro", reconoce.

La profesión de entrenador viene de familia. Su padre se destacó en lo mismo y hoy, Roberto Cantó con 57 años transita por un momento único. “Sin dudas que por estos triunfos, es el mejor año de mi carrera”. Es una actividad que requiere mucho sacrificio, pero más aún para los profesionales que entrenan en el hipódromo de Mar del Plata, cerrado desde hace varios años. “Antes de que trabajen mis caballos, me encargó de pasar el rastrillo en la cancha. Es tierra de nadie este hipódromo y no recibe ningún tipo de ayuda. Todo lo que se hace es a pulmón”.

Por esto último, el presente de Roberto Cantó merece un recuadro aparte. Muchas veces se puede tener suerte con la llegada de un producto a la caballeriza, pero cuando hay pasión y esfuerzo, esa recompensa es aún más gratificante. Eso es lo que le está pasando a un trainer que está visitando muy seguido el pesaje triunfal.

By Mário Rozano
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