jueves, 27 de noviembre de 2014



SOCIOS ÍNTIMOS

Cuando el triunfo queda en familia


Esta semana fueron los Cabrera, Aníbal y Roberto, quienes celebraron en Palermo. El jockey condujo al éxito el lunes a un caballo que entrena su padre. Otros casos similares, en roles alternados, aunque es más frecuente la convivencia en la cuida. Triunfos familiares, una particularidad de la actividad.

Por Fabricio Abatte

Un triunfo en una condicional puede ser un poco menos común de lo que parece. Por caso, para los Cabrera el éxito de Blessed Honour del lunes en Palermo tuvo un tinte especial, si bien no fue la primera ni será la última victoria familiar. Aníbal, el jockey, guió al éxito al caballo que entrena su papá Roberto. Al día siguiente, fue el turno de los Hahn: Gonzalo dirigió a dos ejemplares de su padre Rubén en La Plata. Más allá de la suerte que corrieron, el inicio de semana reflejó claramente una de las simpáticas particularidades que ofrece la actividad: la convivencia entre progenitores e hijos, emparentados aún más por el turf. Socios íntimos y en carrera.

Dice al respecto Hahn, el jockey más ganador del Bosque de los últimos años: “Si siempre es lindo ganar carreras, hacerlo con mi papá es lo más hermoso, difícil de describirlo con palabras. La verdad, algo único”.

Momento histórico para los Hahn: la polla platense 
ganada con Macho Posmo. (Dupratphoto/PH)

Si hay un caso emblemático de padres e hijos tirando en equipo en el turf es el de los Calvente. Papá Héctor los prepara allá entre Pergamino y Rojas; sus hijos Gustavo y Franco suelen hacerlos cruzar en los máximos. “No tiene precio. Es una emoción inmensa”, resume sus sensaciones el ex jinete y actual preparador, que les inculcó la pasión a sus chicos, de los que hasta fue rival en una pista en recintos del interior. Y semanas atrás un pupilo suyo, Love Reward, ganó en Venado Tuerto, el día del remate de la UTTA, con la conducción de Franquito.

La confianza adicional por el vínculo, siempre que no se incurra en abusos, resulta una ventaja, cuentan los “parientes”. “Es diferente, no hay indicaciones, nos conocemos de memoria. Y con la familia tenés la tranquilidad de que vas a tener otra oportunidad, algo que en este ambiente no es poca cosa…”, fundamenta Hahn un rato antes de subirse a Serás Adorado, un zaino que cuida su papá y con el que comenzaría su siempre extensa participación en la reunión platense del martes. Aquel recordado triunfo de Macho Posmo por ventaja mínima en la Polla de Potrillos platense de 2007 tal vez no fue su éxito más importante en la actividad, pero sin dudas resultó el más emotivo. Claro, lo consiguió con un pingo del hombre que le transmitió el amor por los caballos y las carreras.

Justamente, la admiración y gratitud de los jinetes con sus “viejos”, esos que les enseñaron los secretos de la profesión y ahora se esmeran para entregarles las montas en el mejor estado posible, no tiene límites. “Es mí ídolo”, coinciden Cabrera, Hahn y los hermanos Calvente sobre sus respectivos padres.

Hubo y existen otras historias en el país de éxitos familiares con roles alternados (pueden dar fe las jocketas Andrea Marinhas, Lucrecia Carabajal y María Paganelli, que les corren o corrían a sus padres) y es más frecuente aún que las generaciones jóvenes sigan los pasos de sus referentes cercanos en el rubro de la cuida, como lo han hecho los Maldotti, Etchechoury, Pellegatta, Bianchi, Martucci... Aún a riesgo de pecar de injustos (por ejemplo, con los Caro o los hermanos Glades), se escogió algunas de las más conocidas para dotar de contenido a este artículo.

Ellos (los padres) los crían y el turf los junta. Para que todo, léase alegrías y tristezas, quede en familia... Como en casa.

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