TRES AL HILO

El certero remate de Alma de Acero hizo delirar a Saladillo

La furiosa arremetida desde 200 a la raya en el Clásico Botafogo (L) fue vital para que el defensor del stud Baltasar supere por medio cuerpo a Ordak Dan, de gran gestión; en la foto tradicional estuvo acompañado de un nutrido grupo de allegados oriundos de la localidad bonaerense.

Nicolás Alcaide

Muy buena conducción de Francisco Leandro Goncalvez sobre 

Alma de Acero. (Diego Trubba-PH)

Lo lindo de las carreras de caballos se da cuando los éxitos se pueden compartir entre amigos. Alma de Acero obtuvo una de esas carreras memorables al atacar en el epílogo del Clásico Botafogo (L, 2000 metros) para sumar la tercera conquista en forma consecutiva y hacer explotar la algarabía de su gente, que se abrazan uno a otros en la calida tarde de San Isidro.

La gran faena de Francisco Fernandes Goncalves significó el mejor de los aliados para este nuevo triunfo, cuando parecía que Ordak Dan se reencontraba con el éxito, el jinete brasileño lo exigió al máximo y tuvo la respuesta de su conducida para cruzar en 2m7s 51/100 para cubrir los dos kilómetros.

“Es un caballo con excelente estado. Creo que va para más y ganó una linda carrera. Tiene un arranque muy veloz y hay que conducirlo con la mayor serenidad posible”, contó Fernándes Goncalves cuando todavía estaba algo agitado por semejante gestión sobre la cruz del ganador.

Pese a quedar segundo, Eduardo Ortega Pavón quedó muy conforme con lo realizado por Ordak Dan y al pasar ante la consulta de Pura Hípica, declaro que: “Corrió muy bien. Es un caballo clásico que adelanta carrera a carrera”. Desde el Gran Premio 25 de Mayo de la temporada 2013 que no estaba en la definición, luego tuvo un paso fugaz por Estados Unidos y este resultado le da avalas para recobrar su confianza.

Los kilómetros parece ser el tiro ideal de Alma de Acero. Así lo demuestra su presente en el que suma tres impactos en ese tiro y su fuerte carga en los metros finales siempre lo convierte en protagonista.



Fue héroe en la misma tarde del Pellegrini, cuando se quedó con uno de los primeros clásicos de la mega reunión. Repitió la misma fórmula y su condición de fondista está asegurada desde hace tiempo. Valió la pena que su gente recorra las casi 200 kilómetros que separan Saladillo con San Isidro, se hizo costumbre de volver con trofeos para sus vitrinas.

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Fotos: Diegro Trubba (PH)

By De Turfe Um Pouco