martes, 24 de febrero de 2015


VIAJES, ESTADÍA…

La OSAF y el Hipódromo de Palermo deben garantizar el Latinoamericano


De puerta a puerta, tanto como en el lugar destinado para los ejemplares en la Villa Hípica del Hipódromo Argentino, el trato a los visitantes es requisito fundamental para la normalidad de la competencia

Sebastián Heredia

El mal llamado folklore futbolístico copero habitualmente también se hace carne en el turf ante cada competencia internacional en Sudamérica. Por una u otra razón, los reclamos están a la orden del día. En cuanto al Gran Premio Latinoamericano (G1), no se recuerda una edición donde los visitantes no abran el libro de quejas ante circunstancias que, en pleno siglo XXI, ya deberían ser parte del pasado.

Acaso la edición 2014 en Monterrico colmó el vaso en materia de itinerario. Los ejemplares uruguayos subieron al avión en Montevideo. La escala en Buenos Aires hizo el mismo procedimiento para los argentinos. Una detención no programada en Santiago de Chile no sólo hizo que se cargara el vehículo con productos comerciales que no estaban en inventario sino que además provocaron una demora inexplicable. Ni desde la empresa encargada ni desde el contratista hubo una explicación para semejante accionar poco profesional.

En marzo, Palermo será sede del Latino, 
una contienda a la orden de la OSAF (Dupratphoto/PH)

La aduana también juega un papel poco claro a la hora de tratar con caballos de carrera. Y no sólo se remite a aquella trama de Lima, cuando los rioplatenses pasaron más de 12 horas, entre personal que no estaba avisado y el irrisorio acto de no tener baterías para detectar el chip de los animales. Los de Maroñas también fueron perjudicados para la página de 2010, en Palermo, cuando por tierra, se calcó la odisea. Nadie estuvo exento de la desinteligencia.

El alimento y las condiciones de estadía también son parte del culebrón eterno. La diferencia entre este tipo de citas en Estados Unidos y en Europa en comparación con nuestra región es que todo está regulado por profesionales de la materia. Nada está librado al azar. Salvo por aquí, no hay más preocupación que preparar a los competidores y correr. Ese también es un condicionante a la hora de tener en la misma cancha a los mejores disponibles.

La viveza y los malos hábitos aún suelen rebotar en la palestra. El accionar de los jinetes está solo al alcance del reglamento, pero la práctica de los auxiliares en gateras, el estado de la pista, los beneficios de orden y demás aristas incomprensibles son también parte de la vidriera. Todos queremos ganar, pero se pierde cuando se gana en la vereda de la deslealtad. Se habla de sostener un gran premio que es necesario y no de un triunfo efímero que luego llena de orgullo con risas por lo bajo.

Tanto OSAF como el Hipódromo de Palermo deben tomar cartas en el asunto. Cada vez, la promesa del “mejor Latinoamericano de la historia” nunca llega. Y no se habla de la perfección, sino de mejorar con el paso de los años. Si todos lo hacen, no habrá un vivo ni un tonto. La línea es muy delgada. Sin garantías, es tierra de nadie. No le podemos decir a nadie que somos una industria seria y con gravitación en la economía de los países si primero no la cuidamos entre nosotros.

www.purahipica.com
By de Turfe Um Pouco

No hay comentarios.:

De Turfe Um Pouco

De Turfe Um Pouco
Imprensa Internacional