ECUADOR
EL DATO, Tu Semanario Hípico
Edición nº 370 - 8 de marzo de 2015
Lcdo. Xavier Muñoz Avilés, Director
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LAGAR EMPAÑO DESPEDIDA DE VENGO DEL AIRE
Por SILVIO DEVOTO PASSANO
ESPECIAL PARA EL DATO
Fuimos todos a ovacionar a la tordilla del “David y Daniel” en su despedida de Buijo y terminamos dividiendo los aplausos con el alazán LAGAR, su compañero de pensionado que dejó atónitos a todos los asistentes desde su misma aparición en el paddock, para ser ensillado, hasta el propio momento de cruzar la meta con poco más de un cuerpo de ventaja.
VENGO DEL AIRE era para casi todos una “línea absoluta”, un “imperdible” de aquellos que aparecen muy de vez en cuando en los hipódromos, y , sin embargo, más allá de la rotura de tantos boletos, todos salimos festejando a los dos, LAGAR y VENGO DEL AIRE, actores principales de una emotiva milla.
LAGAR, lo comentamos con varios amigos en el Palco al momento de los honores al glorioso Ejército Nacional, provocó la admiración de todos por su impecable forma física, impecable de exteriores, animoso pero tranquilo, cual si nos dijera…pónganme unos boletitos, y los que Si conocen de hípica y gustan de jugar por estampa se hicieron un verdadero picnic.
LAGAR ganó de correr a correr, dócil de conducir, Javier Morán lo colocó en mitad del grupo y a la altura de los ochocientos, cuando Mora puso a la tordilla a su lado, rápidamente la buscó obteniendo la pronta respuesta del alazán que salió sin problema alguno para ir en pos de la punta, en tanto VENGO DEL AIRE mostraba sus conocidos resabios y perdía terreno.
Entrando a tierra derecha se presagiaba ya un seguro y cómodo vencedor, LAGAR, que en sólido accionar cubría los cuatrocientos finales dando la impresión de que ganaría por varios cuerpos, pero la clase de la hija de Dunkirk apareció al rigor de Joffre Mora para hacer posible un final sumamente emotivo, acortando distancia al punto de obligar a Javier Morán a extremar recursos sobre el sillín del alazán que finalmente llegó a la meta con poco más de un cuerpo de luz.
Una diferencia de siete u ocho cuerpos hasta faltando poco más de cien metros se redujo a un cuerpo y cuarto, un gran caballo en plenitud de formas, LAGAR, y una potranca, VENGO DEL AIRE, llena de clase, y con algunos resabios, que cayó con todos los honores, como una grande, en una despedida que de alguna manera se vio opacada al no lograr hacerlo de manera victoriosa.
Igual, aplausos para los dos y el deseo de que el hermoso hipódromo limeño le sea favorable a una pronta adaptación, va a muy buena manos, Alfonso Arias, tiene un linaje de de lujo y una juventud que permite esperar mucho de ella.
La marca, 1’39”2/5, en pista algo pesada, es para los aplausos, extensivos a dos excelente jinetes ecuatorianos, Javier Morán y Joffre Mora, que brindaron una gratísima impresión.
Abelardo Escobar entrena al alazán que ganó por segunda ocasión en el “Miguel Salem Dibo”.
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