EL JOCKEY DE LIBERAL
La mística de Edwin Talaverano, en el lugar justo, en el momento indicado
Su tercera victoria en la historia del Gran Premio Latinoamericano (G1) tuvo que ver mucho con la suma entre su talento y el sentido de la oportunidad, en un impacto además muy marcado por la alegría de su país natal.
Sebastián Heredia
Talaverano, Liberal, la bandera; todo Perú en la foto. (DupratPhoto/PH)
En la teoría, a principios de enero, Edwin Talaverano era el jockey con más chances para ganar la edición 2015 del Gran Premio Latinoamericano (G1), desarrollado el último sábado en la arena de Palermo. Por ese entonces jugaba con dos cartas grandes: El Moisés y Liberal. La lesión del primero le permitió sin ningún otro compromiso subir a la montura del hijo de Meal Penalty, con el que escribió su tercer halago en la justa continental.
“Las personas tomamos decisiones. El tiempo se encarga de darnos o no la razón. Siempre hacemos lo que creemos mejor. Esta vez no pudo salir mejor”, señaló el látigo inca de principio a fin en la historia que lo reeditó al tope del marcador lo hecho con Madame Equis (1999) y antes, con Stash (1993). El 12 de enero pasado, a su regreso de Lima, donde fue nuevamente aclamado por la conquista del Clásico Enrique Meiggs (G2, 2000m), viajó especialmente para estar en la cruz del nieto materno de Play The Gold y visó la clasificación.
Antes, por su campaña en el proceso selectivo argentino, aún estaba su clase sobre los estribos de El Moisés. Éste era número puesto para el Latino, pero una lesión le permitió estar sobre Liberal. Fue el primer guiño del destino. El segundo, si se quiere, es que ese domingo tenía planeado competir con Antillón, que ganaría debutando por nueve cuerpos y con ello se ganaría el favoritismo del menú sabatino en el Clásico Santiago Luro (G2, 1200m). También ganó el Luro, con Portal del Alto, mientras Antillón cruzó octavo.
“No se puede estar en todos los lugares a vez. Ni tampoco se pueden aprovechar todas las oportunidades de la vida. Lo importante es ejecutar lo mejor posible las chances que tenemos en el lugar y momento que estamos”, sentenció “Win” sobre esa ironía del destino. En su mano, la bandera de Perú, ese país que lo idolatra. No es para menos: no le queda carrera por ganar. “Ganar el Latino en Argentina y con un caballo enteramente criado en Perú y con propietarios y entrenador de mi país es un sueño hecho realidad”, resumió en las sensaciones.
Todos los aplausos para Talaverano, con la copa en alto y bebe a bordo.
(DupratPhoto/PH)
El miércoles de madrugada estuvo en el Argentino, pero como un observador de los movimientos. Desde abajo, estaba al tanto de todo, pero no perdía la fe. “Tenía una quemadura superficial en la pata izquierda, pero no era grave. Eso sí, había que cuidarlo de la humedad. Hizo todo bien". Respondió con mucha clase, la misma que tiene en la pista para adaptarse a cualquier desarrollo. Liberal es un gran caballo”, resumió desde la antesala.
A la hora de la verdad, no perdió ese pulso frío y ese corazón caliente que lo caracteriza desde sus comienzos. “Conocía a los rivales argentinos. Pude salir de adentro al pisar la recta y eso me permitió esperar. Liberal tiene mucha garra y pudo descontar. La verdad siempre está en el disco”, sintetizó antes que la barra del Rimac lo cargara en aplausos. Tenía una cita con los festejos. Tenía una cita con la gloria y su mística con las grandes citas lo colgó de un estrellato que tiene por costumbre.
www.purahipica.com
Fotos: DupratPhoto/PH
By De Turfe Um Pouco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario