ELEVAGE
Un Guapo del
900
Por Marcelo Fébula
Larrea. ARG. 1907. Por Jardy (FR 1902) y Muñeca (ARG
1896), por Flying Fox (GB 1896). 50 corridas. 20 primeros, 11 segundos, 5
terceros. Algo de su campaña clásica: En 1910 ganó la Polla de Potrillos 1600 mts.
GI y el clásico Saavedra. En 1911 los clásicos Ensayo 1800 mts, Chacabuco 2500
mts. GII, Maipú 1000 mts. GI, Coronel Pringles 1000 mts, y Capital 1600 mts. En
1912 el clásico Congreso y el GP Palermo 1600 mts. GI. 2º en la estadística de
abuelos maternos en 1923.
Nacido en 1907 en el
haras Nacional, el hijo del franchute Jardy y la argentina Muñeca es adquirido
por el stud Perú que atendía el entrenador Genaro Larrosa. En su primer año de
actuación, 1910, gana tres carreras comunes y luego de derrotar a la famosa
yegua Espirita en el clásico Saavedra, es comprado por el veterinario Arturo J.
Livinston. Así es que de la mano de este hombre le pone el pecho a una campaña
impiadosa y sin contemplaciones para su calidad de caballo clásico.
En un viejo número del
diario Crítica sin fecha exacta de aparición, recopilado por Jorge Larroca en
su libro “Entre Cortes y Apiladas”, a propósito de una encuesta sobre cuál fue
el crack absoluto de nuestras pistas se transcriben opiniones del veterano
preparador Francisco “Pancho” Orezzoli. Antes vale la pena conocer algunas
aristas de la personalidad del hombre, destacadas por Larroca en su libro.
Exitoso cuidador de principios del siglo pasado (Amianto, Fripón y otros
grandes de la guardia vieja pasaron por sus manos y trabajó, entre otros, para patrones
como el pintoresco aristócrata Benito Villanueva, a quien además le daba una
mano en eso de arreglar elecciones), parece ser que don Pancho también tallaba
en al menos otras dos actividades: preparador de gallos de riña (a uno de sus
gallos más guapos lo había bautizado “Facundo Quiroga”) y eximio bailarín de
tangos. Para el anecdotario porteño de un siglo atrás: “Bailando fue un crack.
Cuentan que don Pancho se quedaba solo haciendo tirabuzones en los salones
adonde concurrían los principales ases de la danza. Un día, en uno de esos
torneos famosos, Orezzoli salió al ruedo con su compañera y haciendo maravillas
al compás de una milonga grabó su nombre en el piso con el taco saturado de
tiza. Al terminar dicen que dijo: –No pongo también la rúbrica porque se me
acabó la tiza.”
Veamos que opinaba Orezzoli respecto
de los cracks de 1900. “Hubo tres caballos extraordinarios (…) y ellos fueron
Larrea, Pippermint y Old Man. Este último los superó en el haras, pero hablando
de “pingos en la cancha” yo me quedo con Larrea. (…) Abarcó todos los
hipódromos, todas las distancias, fue un pingo de hierro durante tres
temporadas, sin descansar nunca, sin los mimos de todos los caballos clásicos
de entonces y de ahora, un flete que no conoció “corridas” ni “partidas”, como
que la cancha para él no tenía distancia, ni dio jamás señales de desgaste.
¡Ese fue Larrea! Puesto a correr, su afán devorador de metros no le hacía asco
a una cuadrera, como no le sacaba el cuerpo a 4000 metros… (…) Por más que
aquel hombre (léase Livinston) conociera de las cosas del turf, nunca hubiera
podido igualar la eficacia de un maestro del training. Para colmo, salvo
contadas carreras de su primera campaña, siempre lo dirigió el italiano Roque
Romanelli, un raro especimen de jinete que se trajo Eduardo Elnen de Chile, que
corría con filete y realizaba unos movimientos tan ridículos y exagerados con
los brazos que se ganó el apodo de “El Aeroplano”. (…) Larrea, en manos de un
cuidador de escuela, conducido por un jockey como Mingo, por ejemplo (léase
Torterolo), no hubiera perdido nunca… No realizó, como en el caso de Old Man,
una campaña de caballo clásico, sino que fue llevado a todos los handicaps, a
todos los clásicos, a todas las distancias. Corría en el viejo hipódromo
Nacional, y a los pocos días en Palermo, en dos tiros completamente opuestos. A
pesar de ello, ganó quince clásicos, dos menos que Old Man. Especialmente
conviene destacar que Larrea enfrentó rivales más serios que Old Man (…) debió
luchar con enemigos como Espirita, Mouchette, Moreno, Pipiolo, César Borgia,
Eclair, As de Espadas, Volador, Amsterdam, Escarcha, Enero, Emilunga, Aphrodite,
y luego Balboa, San Jorge, Gay Kendal, Bijou Royal, Juez de Paz, Espátula,
Universal, Carlos XII, Trifle, Charming y tantos otros”.
Quiénes eran esos dos
yobacas extraordinarios que Orezzoli pone en un mismo plano con Larrea, y qué
puntos calzaban los rivales que enfrentó:
Pippermint (1899) Por St Mirin (GB) y Mostaza (GB), por Pepper
and Salt (GB). Primer
ganador de la cuádruple corona argentina en 1902. Exportado a Sudáfrica y regresado
al país como reproductor. Padre de los ganadores clásicos Gandoumit y
Papanatas, abuelo materno de Gran Cosa, Payaso y Puro Habano.
Old Man (1901) Por Orbit (GB) y Moissonneuse
(FR), por Dollar (FR). 19 Corridas, 18 1º, 1 2º. En 1904: ganador de la
cuádruple corona argentina y clásicos Lavalle, La Madrid , Eliseo Ramírez, e
Iniciación, 2º Cl. Comparación. En 1905: ganador de los GP de Honor y
Pellegrini, clásicos Otoño, Hipódromo Argentino y Chacabuco. En 1906: clásicos
Invierno y Gral Belgrano, GP de Honor. Líder de la estadística de padrillo en
tres ocasiones y 2º en otras tres. Ganador de la de abuelos maternos en nueve
oportunidades y 2º en tres. Su influencia como abuelo materno se prolongó hasta
1939, cuando finalizó 9º. Sus más destacados hijos fueron Botafogo y Espirita.
Espirita (1907) Por Old Man (ARG) y Espuma
(ARG), por Wagram (FR). 10 Corridas, 9 1º, 1 2º. En 1910: ganadora de los GP
Jockey Club y Nacional. Ganadora de los clásicos Capital, Olavarría y Carlos
Casares.
Mouchette (1907) Por Pietermaritzburg (GB) y
Rivera (ARG), por Gay Hermit (GB). 34 corridas, 13 1º, 8 2º, 6 3º. Apodada
“Pulmones de Acero”. En 1910: clásicos Paraná, Colombia y Buenos Aires. En
1911: GP Carlos Pellegrini, GP de Honor, clásicos Belgrano e Invierno. En 1912:
GP Carlos Pellegrini, GP de Honor, clásicos Colombia y Pueyrredón (donde luchó
cabeza a cabeza los 4000
metros con su único rival, Juez de Paz, ganando por
media cabeza). En 1913: GP de Honor.
César Borgia (1906) Por Neapolis (GB) y
Capuchina, por Camors (GB). Ganador en 1910 del premio América y exportado al
Uruguay.
Eclair (1906) Por Orange (ARG) y La Fronde (ARG), por Neapolis
(GB). Ganador en 1910 del premio Apertura y en 1911 del premio Arenales.
As de Espadas (1908) Por Diamond Jubilee (GB) y
Argentina (ARG), por Neapolis (GB). Ganador en 1911 del GP Nacional. Exportado
a Brasil.
Aphrodite (1907) Por Jardy (FR) y Czarina
(ARG), por Orbit (GB). Ganadora de 13 carreras.
San Jorge (1909) Por Old Man (ARG) y Silver
Shot (GB), por Carbine (NZ). Ganador en 1912 del GP Nacional.
Bijou Royal (1908) Por Galliard (GB) y Quayside
(ARG). Ganador de los clásicos Kemmis y Luro, 3º GP Nacional, 4º GP Carlos
Pellegrini.
Juez de Paz (1908) Por Diamond Jubilee (GB) y
Rosette (ARG), por Neapolis (GB). 2º en el clásico Gral Pueyrredón de 1912.
Carlos XII (1908) Por Simonside (GB) y Flor
Morada (ARG), por Orbit (GB). Ganador del premio Gral Belgrano.
El diario Crítica
citado recuerda una hazaña increíble de Larrea: “El 29 de junio de 1911,
cargando 56 kilos, Larrea llegó tercero de Amsterdam y Pipiolo, muy cerca, en
2´24” los 2300 metros .
Siete días después, el 6 de julio, con 58 kilos en el lomo, venció a Dado,
Eclair y Old Meadow ¡en 1´13”4/5 los 1200 metros ! Pero
todavía falta lo mejor: a los tres días de esa carrera, y también en el
hipódromo Argentino, hizo suyo el clásico Chacabuco, venciendo en sus 3000 metros a
Mouchette, Escarcha, Pipiolo, Enero y Amsterdam. ¡En diez días bajó de 2300 a 1200, y de allí subió
a 3000 metros !
Retomemos la opinión de Orezzoli, a
modo de conclusión: “Era un caballo noble, que dejó toda su energía en la
pista, ¡donde se prueban los machos! Tal vez por eso se gastó para el haras,
donde no produjo nada extraordinario, aunque dio buenos ganadores. (…) Pero, ya
les digo, como máquina para correr, Larrea fue indiscutido e indiscutible… En
otras manos, su horizonte hubiese sido único. Esa es la verdad. Era un humilde
luchador de todos los días, aunque los que se encandilan con los afortunados opinen
que pudo haber alguno mejor que él en la pista. Como en el desafío de nuestros
hombres de campo, podía decirle a sus rivales: ¡Aquí y en cualquier hipódromo o
distancia!”
Prestó servicios en los haras Los
Cardales y La Lula.
Figuró segundo en la estadística de padrillos de 1923. Sus
hijos más destacados fueron El Maestro (1922, por Larrea y Divinidad, por
Bridge of Canny) Ganador de los clásicos Belgrano, Otoño, América y Río
Uruguay; Grue (1920, por Larrea y
Gosse, por Pearl River) Ganadora de la Polla de Potrancas y del clásico
Olavarría; Hermes (1922,
por Larrea y Hampton Courts, por Mackintosh) Ganador de los clásicos Cnel
Martínez, Gral Arenales, Boucau y Clausura; Tangage (1917, por Larrea y Demencia, por Polar Star) Ganador de
los clásicos Chevalier, Cnel Pringles, Cané y Otoño. Larrea fue abuelo materno
de Courtier y Rolando (GP Jockey Club y clásicos Luro y Kemmis).
Un guapo con todas las
letras este Larrea. Mereció dos obras del repertorio tanguero: “El crack
Larrea”, tango de Genaro Expósito, compuesto aproximadamente en 1911 y
“Larrea”, obra de J. M. Cresta, año 1912.
By De Turfe Um Pouco
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