DE PUNTA A PUNTA
Infiltrada respondió todas las preguntas y se llenó de gloria
Sebastián Heredia
Con parciales firmes, la hija de Footstepsinthesand confirmó su estatus y se consagró de lado a lado en el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1); su quinta conquista al hilo, noveno de grado y primer lauro en la máxima categoría fue nada menos que sobre Dont Worry, para convertirse en la primera yegua adulta con este trofeo.
El Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1), el segundo trofeo en la elite de hoy sábado en el césped de San Isidro, sugería algunos cuestionamientos para la nobleza Infiltrada, de todo y color. Al cruzar la sentencia, en el éxito más resonante en su ilustre historial, no sólo eximió respuestas en cuanto al desarrollo, sino también en su capacidad locomotora ante la crema de la especialidad.
El entrenador José Luis Palacios es un eje fundamental en esta consagración. La hija de Footstepsinthesand, sin límite con el correr del tiempo, además cobró madurez en su horma. ¿Iba a tener que utilizar tal condición para apartarse de su natural don de puntera para perseguir el trámite desde una posición más expectante? Podía ser una opción, pero no fue necesario.
Apenas abrieron las puertas, Infiltrada fue Infiltrada. Sin aquel pacemaker que la obligó a contener su furia en el Clásico Carlos P. Rodríguez (G2, 1600) de la víspera en el mismo escenario, fue aquella que llegó al estrellato: la estrella más brillante al frente del lote. ¿Le alcanzaría tal estrategia para llegar a buen puerto en su primer examen ante los machos y en el escalón de preferencia?
Desde el cajón más interno, la nieta materna de Lode salió como desesperada a enseñar el camino y luego Pablo Falero debió administrar los recursos. En 23’’84c y 45’’92c, nadie a la vista. Mercadeo empujaba para entrar en su radar, pero no había cambios en el plan. El látigo oriental de ahí en más trataría de no cambiar el ordenamiento.
Las doce cuadras en 1’09’’04c repetía la imagen de cuando cotejaba sus fuerzas ante las hembras: ella al frente y los demás intentando mejorar. El que mejor cumplió con tal ofensa fue Dont Worry, una garantía en materia de definir este tipo de rounds (había ganado el San Isidro y el Joaquín V. González, mientras que fue placé en el Palermo). Tal avance dibujó el último enigma para la favorita de la pizarra: ¿estaría a la altura de las circunstancias contra el mejor millero del país?
Después de recorrer 300 metros de largo déficit, el pupilo de René Ayub no achicó más. El margen se acortó hasta menos de un largo. Hubo un amague de lucha, pero en el momento que se escucharon los pasos del único rival en sus límites, Falero le bajó en un par de ocasiones la fusta y todo terminó. La marca de 1’32’’55c fue la coronación para un trabajo de altitud.
El camino a la cima de Infiltrada arrancó en marzo de 2012. Entre altibajos, encontró solidez con un equipo que la entendió a la perfección. Hasta la fecha, se volvió invulnerable para las de su sexo en la media distancia. En el Anchorena, mutó ese estatus a uno mejor, justamente contrarrestando a un elemento como Dont Worry, un todo terreno, uno de los leales al deporte, esos que nunca se entregan. Con todas las respuestas, con todos los honores.
Infiltrada fue Infiltrada y con eso fue dueña del espectáculo. Quinta al hilo, novena de grupo, 14 por total. En un turf donde las yeguas contra los machos en rounds de esta envergadura son casos aislados. Odalea (1989), Paga (2000) y Randy Cat (2001), de potrancas, acapararon la milla de diciembre. El primer antecedente de una adulta. La gloria.
Pura Hipica
Fotos: DupratPhoto
By De Turfe Um Pouco




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