Una excursión a los burreros gaúchos
Ya hice todos los trámites previos al embarque, pero todavía falta
una hora y media para que salga el avión. En la espera el bocho se me dispara otra
vez a lo vivido el fin de semana pasado en la jornada del GP Nacional en
Palermo, una de las tres o cuatro fechas del año en las que Hapsa pone al turf
en primer plano.
Llegamos temprano para tratar de aprovechar las 150 lucardas de
incremento a ganador de la primera. Pero a la hora de fichar, en el primer piso
del Paddock no funciona casi ninguna máquina. Nos quedamos sin jugar y puteando
en diversos dialectos, el asunto no tiene absolutamente nada de casual. Mi gran
amigo Jorge acepta lo sucedido con estoicismo, pero yo pierdo el control y
empiezo a buscar inmediatamente otra oportunidad, para colmo en yunta con Gustavo,
uno al que suele salírsele la cadena con frecuencia. Entre los dos terminamos
arrastrando a Jorge a una barraca estrepitosa en la segunda, casi bolsiqueándole
la plata de la apuesta cuando había decidido retirarse de las ventanillas después
de lo sucedido.
Un rato después nos
encontramos con los GI Fabio “Robototal” Depetris y Carlos Wolf. En la cuarta entramos
segundos con un dato, y nos vamos a los boxes porque corre Mili Sureña, la
yegua de los queridos hermanos Frontino. Se la ve muy bien, tal vez con unos
kilitos más que en la última, cuando reprisaba. Plebiscitada favorita, la del
Buqui Chala responde a pleno ganando bien, con luz, para el aplauso. Corremos a
saludar a la barra de cordobeses. En el recinto de los ganadores todo es
emoción, abrazos y sonrisas. Alcanzo a darle la mano al Chupino Noriega antes
de colarnos en la foto. Toda una vida junto a los yobacas, los Frontino se
merecen esto y mucho más, máxime por la dureza de los últimos tiempos. El año
pasado un rayo mató a la nave insignia del escuadrón, Vestal Sureña, y después
vinieron los problemas de salud que este año terminaron sacando de las pistas
al crack Fhurter y mandando al campo al bueno de El Gran Aldo.
Habiendo gritado y
festejado el triunfo de la Mili, Jorge se va. Yo sigo tratando de recuperar el
terreno perdido en la segunda. El clásico de la milla resulta un carrerón
ganado en forma brillante por Capolicho, en gran tarea de su jinete Pablo
Falero. Mi elegido Uomo In Frac cae luchando, pero sabido es que por eso no
pagan. Cerca de la redonda encontramos al Quique Labruna que nos dice: –Vengan que estoy con las chicas. Son
las cinco españolas que la noche anterior lo acompañaban en un boliche de
Caballito, parece que el hombre sigue de gira, un fenómeno. En mi búsqueda
desesperada de acertar algo acabo de fichar tres yobacas a ganador en una de
las carreras donde funciona la promocionada “Rueda del Millón”. Gana el
favorito, lo tengo. Llamo a Gustavo.
–Decime en cuánto quedó el dividendo con la rueda, que de acá no veo
nada.
–¡Siete y pico!
–¿Le fichaste?
Me tira una suma diez veces superior a lo que acabo de jugar yo.
–¡Fenómeno! Con esto desquitaste lo de la segunda y pasaste al
frente.
–¿Qué? No. Apenas estoy hecho, me había enterrado de dorapa con ese
10 que para mí no perdía y ni movió las patas.
Llega el Nacional.
Vuelvo a los boxes para saludar y desearle suerte al Ruso Neer. Le tengo mucha
fe a Cooptado. No lo grito desde el codo de Dorrego porque me da lorca, pero
ganas no me faltan. Antes que encaren el derecho final me vienen a la memoria imágenes
de dos nacionales acertados: el de Indalecio y el de Eyeofthetiger.
–¡Vamos Cooptado! ¡Blanco viejo nomás!
Cuando cruza primero tengo la garganta hecha bolsa, pero sigo
gritando y aplaudiendo. Tardo un rato en darme cuenta de los exagerados 4.35
que paga. El dividendo me permite casi empardar la barraca. Si me quedo puedo
empardarla del todo, pero también sumergirme nuevamente. ¿El 15 sigue pasando
por Luis María Campos? Ya desde arriba del bondi le mando una felicitación al
Ruso. Con su habitual amabilidad responde en pocos segundos.
Al otro día el
entrenador Maldotti respeta la tradición familiar y sale a exhibir su perfil de
mal perdedor. Se queja del pacemaker que asociado al vencedor salió a pelear a
su pupilo Blood Money en la punta. La estrategia, más vieja que el turf, se
supo desde el día de las anotaciones y se comentó hasta en Cartoon Network,
pero el hombre igual dispara sus dardos en esa dirección. En fin, su abuelo supo
tildar de “jockey de cuarta” nada menos que a Jorge Valdivieso y su padre mandar
violentamente al frente al joven Pablo Falero cuando ya conformaba con él una
dupla exitosa. O sea, más de lo mismo para un apellido que es sinónimo de
maestría en el training pero también de personas que se bancan muy mal las
derrotas. Finalmente el único que dará la cara reflexionando sobre la carrera de
Blood Money será Falero. Del cabrero Maldotti no trascienden nuevos comentarios.
Han sido varias las emociones burreras en esta jornada de Nacional,
pero sé muy bien cómo tengo conectadas las neuronas. No habrá Cooptado ni Mili
que valgan, recordaré por siempre este 9/11 como el día en que lo afané a Jorge. Y encima la voz de la conciencia me
recuerda que es la segunda vez.
Ya sale el avión
blanco y naranja de Gol rumbo al GP Bento Gonçalves
de Porto Alegre. Largo bien pisado, porque en el aeropuerto me están esperando
mis amigas Irene y Eloísa, que se han tomado la molestia de venir a buscarme al
aeropuerto Salgado Filho. Dejo el equipaje en el hotel, me cambio la
chaquetilla y no hace falta avisarle al amigo Mário Rozano que ya estoy en su
tierra, porque cuando vuelvo a la recepción me lo encuentro charlando con las
chicas. En todo lo que sea relaciones públicas el hombre pasa los 1000 en ’55, de
floreo.
Mis exclusivas
guías turísticas comienzan a mostrarme la ciudad, comenzando por la Feria del
Libro, muy grande y concurrida. En pleno centro, caminando una veintena de
cuadras y rodeando grandes plazas conozco las sedes de los poderes ejecutivo,
legislativo y judicial, la catedral, el Teatro Sao Pedro y el Museo de Arte. Aquí
me llama la atención una gran escultura de hierro de Don Quijote, con el
detalle de tener una canilla como órgano sexual, curiosa interpretación del
texto cervantino. Les explico a las chicas que a la catedral no entro porque
tal vez empiece a bullir el agua, como sucede con Al Pacino en “El Abogado del Diablo”.
Nuevamente a bordo
del chevrolet de Eloísa, la propuesta es ir a ver la caída del sol a orillas
del río Guaíba, donde tienen preparada una sorpresa. Les había contado de mis
ansias por conocer el monumento de Elis Regina, y caminando despacito por la costa
me hacen chocarlo sin avisar nada. Allí está la fenomenal Elis, cantando al
lado de un taburete. La base del monumento semeja un disco de vinilo, y hay dos
placas con su nombre. Luego de recorrer el viejo edificio de la Usina do
Gasómetro devenido en centro de exposiciones, vamos a lo alto del morro que
tiene la antena de O’Globo, pasando por el barrio Menino Deus. Desde allí la
vista de la ciudad es espectacular, sobresaliendo la silueta del estadio del
Internacional, en refacciones para recibir partidos del Mundial. Volvemos al
centro, hay que prepararse para salir a cenar con Mário sumando al grupo a
Emanuel Aguilar de la TV chilena y al oriental Antonio Castro, el periodista
relator de Maroñas.
En la noche, primero
caemos por un barrio muy bacán y caro, que me recuerda en algo el ambiente de
La Recoleta. Emanuel y Antonio deciden inspeccionar un boliche, nosotros
seguimos viaje. Tomamos una cerveza en el Bar Pinga, pero el sonido de la
música en vivo (que no es precisamente bossa nova) se me hace insoportable.
Rajemos. Cerca encontramos una parrilla uruguaya y cenamos allí, atendidos por
un mozo de Las Piedras. Las chicas no están muy seguras de aceptar mi
invitación al hipódromo, ámbito desconocido para ellas. Pero el infatigable Mário
ya toma nota de sus nombres para gestionar el ingreso al Salón Vip. Termino
derrumbándome en la catrera a eso de las tres.
Llega el gran día.
Luego de recibir la pulsera identificatoria de prensa, Mário, que no para de
presentarme gente, me conduce a un salón lleno de mujeres maquillándose y
probando ropas.
–¡Boa tarde! Eu apresento o meu amigo de Buenos Aires. Mira Marcelo,
las mejores mujeres de Brasil son las gaúchas. ¿Qué opinas?
Me quedo absolutamente cortado, apenas asiento con la cabeza tirando
una sonrisa incómoda mientras busco la salida urgente antes de sonrojarme con
todas esas miradas esperando respuesta. Menos mal que tengo los lentes oscuros.
Seguimos recorriendo las distintas tribunas e instalaciones del
hipódromo, y llega un momento muy emotivo: puedo conocer personalmente a Suzana
Davis, una de las mejores jockettas de Sudamérica, que hoy trabaja como
starter. Es una mujer encantadora. Charlamos un rato, accede a sacarse unas
fotos. Lamenta no poder viajar a Argentina y manda muchos saludos para su amiga
Marina Lezcano.
Vamos a almorzar media hora antes del inicio de la extraordinaria
reunión en el salón engalanado donde también se irán desarrollando entrevistas
para la TV. En una mesa asignada a la prensa vuelvo a juntarme con Emanuel y Antonio.
El amigo trasandino cubrirá el Dardo Rocha en unos días y volverá a Argentina
para el Pellegrini. Con Antonio apenas cruzamos dos palabras en el Latino de
marzo y hablamos algo la noche anterior, pero es como si nos conociéramos desde
siempre. Comentamos la falta de vareo que se nota en algunas damas (más tarde
descubriremos ejemplares presentados con los diez de rigor, aunque sin llegar a
los extremos de taquicardia vividos en el GP Brasil de Agosto en Rio) y las
noticias que tenemos de amigos en común como Sebastián Heredia. Los muchachos
son dos profesionales que apenas pisan un hipódromo se ponen a trabajar, de
modo que cuando estamos terminando de comer Antonio alista su celular y me
propone grabar una charla con las primeras impresiones de un burrero argentino
en Porto Alegre.
Esta parte del año,
que trae grandes clásicos como el Bento Gonçalves en toda Sudamérica, en Argentina
abre una especie de solsticio burrero. Dentro de un turf que cría, cuida y
programa menospreciando la larga distancia a contramano de la historia, es un
debate cíclico que inauguran las frecuentes victorias extranjeras en Pellegrini
y Latinoamericano. Sí, este año Calidoscopio e Indy Point sobresalieron en el
turf de USA, pero me juego una fija a que en la gran reunión de diciembre en
San Isidro volverán a ganar o pegar en el palo los visitantes. Con Aerosol
retirado del training, Gober quedó gatillado después de escoltar a Fragotero en
la Copa de Oro, Ganesh planea
acompañarlo, y habrá que ver qué otros ejemplares viajan. No me extrañaría que
aparezca un nuevo Going Somewhere. El día del GP Brasil en La Gávea un tal
Viewfinder ganó una condicional de 3000 metros sobre césped registrando 3m 03s
92c. Seis días después Gato Editor conquistó el clásico Pueyrredón G2 sobre la
misma distancia y superficie, en San Isidro, deteniendo el reloj en 3m 08s 12c.
Le han pedido al
charrúa que relate la cuarta carrera. Lo dejo laburar tranquilo y voy a
recorrer la amplia redonda y los boxes de exhibición rumiando algo que hablábamos
a propósito de los relatos. Coincido con Antonio, en muchos lugares ya va
siendo hora de dejar de relatar números en las carreras condicionales. Nombrar
al caballo, amén de un detalle que me parece mejor hasta estéticamente, también
es una forma de nombrar indirectamente al peón, entrenador o propietario del
yobaca en cuestión. Pero claro, implementar esa modalidad con ciertos relatores
atornillados en la silla de la comodidad y la reiteración exasperante podría
ser una tarea muy complicada.
Con la reunión ya
en pleno desarrollo saludo a los dos máximos directivos del Jockey Club do Rio
Grande Do Sul, José Vecchio Filho y Ricardo Felizzola. Mário también me
presenta al prestigioso escriba Sergio Lubianca, quien con gran amabilidad nos
ilustra sobre todo el plan de obras del hipódromo Cristal en pleno desarrollo:
reconstrucción de la Villa Hípica, acorte de metros en el trazado (el derecho
final actual debe tener unos 200 mts más que el de La Plata), regreso del
césped a la pista auxiliar, y otros proyectos. Las máquinas estacionadas denotan
que se está trabajando mucho. El gran programa de hoy es exclusivo (no hay
carreras en La Gávea ni en Cidade Jardim), y consta de doce pruebas. Ocho entre
1100 y 1200 metros incluyendo un clásico listado, dos en la milla incluyendo el
GP Presidente da República, el GP Luiz Fernando Cirne Lima sobre 2100 y el GP
Bento Gonçalves GI sobre 2400.
La tarde sigue
arrimando momentos y sensaciones que van derecho al de la zurda. En un rincón
interno de la tribuna viene a mi encuentro Betta Fernández con su batería de
cámaras y objetivos, y en otro puedo saludar a Marcos Rizzon, titular del
Jornal do Turfe. De regreso en la base de operaciones por fin puedo conocer a
Mário Rossano, prócer del turf brasileño. Lo invito a nuestra mesa para charlar
un rato. Sus viajes a la Argentina, los encuentros con Leguisamo, el papel
fundacional que le tocó desempeñar como jockey en la inauguración del Cristal,
su gusto por la guitarra y el tango. Pero la charla es corta, a cada momento
vienen a saludarlo amigos y conocidos que parecen salir de cada baldosa del
hipódromo. Prometo verlo más tarde y lo dejo alistándose para una entrevista
televisiva.
Con una segunda
pulsera de identificación vamos al salón Vip. Techo y laterales revestidos de vaporosas
telas blancas, cómodos sillones y banquetas, pantallas planas transmitiendo las
carreras, un pequeño sector para que las damas sigan haciendo trabajar a los
peluqueros, puestos de comida caliente, y un ejército de mozos sirviendo
saladitos, aperitivos y champagne. Me alegra mucho ver llegar a Irene y Eloísa.
En la quinta
carrera entra quinto cerca Prince Banus, criado por nuestro amigo Thomaz Flores
Da Cunha y defensor de sus colores. A partir de la séptima el recinto de
vencedores va recibiendo a los ganadores clásicos, mientras una buena cantidad
de gente va poblando las tribunas.
La milla jerárquica es conquistada por Tokay (Wild Event y Pupille) con la monta de M. B. Costa. Portando 60 kg abona la módica suma de 2.20 a ganador luego de cubrir los ocho furlongs en 1m 37s 60c. El clásico de los 2100 se lo lleva Diva da Vitória (Point Given y Linda Ex), del stud Tobías, con A. C. Silva en su cruz. Estampa en el reloj 2m 15s 40c y paga 3.30 y 1.80 la tira. Llega el plato fuerte de la jornada, GP Bento Gonçalves en el que todos los medios coinciden en poner en lo más alto de las chances al paulista de cuatro años Victory is Ours (Northern Afleet y Nouvelle Cuisine, por Broad Brush, todos norteamericanos), que representa al stud de sus criadores Stud TNT / Haras Vale Verde y será guiado por la bella Josiane Gulart. Para la gran prueba en la que se alistan nueve competidores está prohibido el uso de cualquier tipo de medicación (¿será por eso que no fue a correr ningún argentino?)
La milla jerárquica es conquistada por Tokay (Wild Event y Pupille) con la monta de M. B. Costa. Portando 60 kg abona la módica suma de 2.20 a ganador luego de cubrir los ocho furlongs en 1m 37s 60c. El clásico de los 2100 se lo lleva Diva da Vitória (Point Given y Linda Ex), del stud Tobías, con A. C. Silva en su cruz. Estampa en el reloj 2m 15s 40c y paga 3.30 y 1.80 la tira. Llega el plato fuerte de la jornada, GP Bento Gonçalves en el que todos los medios coinciden en poner en lo más alto de las chances al paulista de cuatro años Victory is Ours (Northern Afleet y Nouvelle Cuisine, por Broad Brush, todos norteamericanos), que representa al stud de sus criadores Stud TNT / Haras Vale Verde y será guiado por la bella Josiane Gulart. Para la gran prueba en la que se alistan nueve competidores está prohibido el uso de cualquier tipo de medicación (¿será por eso que no fue a correr ningún argentino?)
Largan
y sale en punta Award Winner, bien cotizado en las pizarras, estirando ventajas
en el primer codo. Josiane trae a su dirigido segundo, vigilando al puntero que
en el opuesto se distancia unos cinco cuerpos de su más inmediato perseguidor. Atrás
viene el pelotón que encabezan Maisesperto Gais, Neuchatel y Vendel. Encaran la
última curva, Victory is Ours ha empezado a descontar diferencias de a poco,
pero pasada la mitad de la misma aprieta el acelerador y alcanza fácil al
puntero para pasar a comandar. El clásico termina resultando casi un paseo de
salud para el favorito. La chaquetilla verde de Josiane de desentiende de los
rivales y va sumando varios cuerpos a favor por mitad de cancha en el derecho
final. Parten aplausos desde las tribunas para la gran demostración del hijo de
Northern Afleet, que cruza victorioso. En las de cobro, sus seguidores cosechan
2.10 a ganador y 2.00 redondos a placé. Segundo a 8 ½ cuerpos arriba Dash for
Money (10.00 a placé), tercero a 4 ¾ Maisesperto Gais y cuarto a 1 ½ el guapo puntero
Award Winner, que parecía con destino de NP sólo por la facilidad con que lo
superó el ganador, pero llegó bien ubicado. La imperfecta abonó 54.50, la
exacta 67.90, y la cuatrifecta 1478.40. El ganador entrenado por Althayr
Oliveira registró un tiempo de 2m 30s clavados.
El
glamour está bárbaro, estoy muy contento de ver a mis amigas disfrutando de
todo lo que ofrece el Vip, pero al menos en mi caso por ahora está bien, hagamos
un alto en la huella. Las invito a pasear un rato, quiero estar en contacto con
el burrero raso, respirar el ambiente de la perrera, en definitiva el lugar al
que pertenezco desde siempre por más que desde el 2005 suela colaborar con
notas en diversos medios y por eso algunas personas (entre ellos yo mismo) me
confundan con un periodista especializado.
El Cristal es un hipódromo de espacios muy amplios, caminamos admirando los yobacas que se preparan para correr, los que se exhiben en la redonda y los que bajan por un camino en declive luego de haber competido. Por aquí unos catedráticos veteranos estudian el programa, por allá preparan una churrasqueada mientras varios burrerinhos matizan la espera entre carreras jugando al fútbol. Aunque parezcamos viejos conocidos, nuestras vidas se cruzaron hace apenas unos meses. Las chicas me preguntan cómo es que me dedico a escribir sobre turf. Les hablo del gen burrero que creo viene de mi abuelo Cayetano y de los largos años de tribuna hasta llegar a aquella cálida anécdota con el querido Oscar Felipe Gallo, la persona por quien empecé a redactar columnas para TAG - Todo a Ganador.
Al cabo dicen que les he contado una historia muy linda. Sinceramente creo que lo es, pero también creo que hablo pésimamente el portugués, o sea que si les llegó algo de mi emoción habrá más por el mirar lejos que por el hablar cerca. Debe tener razón nomás el árabe que dijo “quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”. Y ya me fui por las ramas, disculpen ustedes.
El Cristal es un hipódromo de espacios muy amplios, caminamos admirando los yobacas que se preparan para correr, los que se exhiben en la redonda y los que bajan por un camino en declive luego de haber competido. Por aquí unos catedráticos veteranos estudian el programa, por allá preparan una churrasqueada mientras varios burrerinhos matizan la espera entre carreras jugando al fútbol. Aunque parezcamos viejos conocidos, nuestras vidas se cruzaron hace apenas unos meses. Las chicas me preguntan cómo es que me dedico a escribir sobre turf. Les hablo del gen burrero que creo viene de mi abuelo Cayetano y de los largos años de tribuna hasta llegar a aquella cálida anécdota con el querido Oscar Felipe Gallo, la persona por quien empecé a redactar columnas para TAG - Todo a Ganador.
Al cabo dicen que les he contado una historia muy linda. Sinceramente creo que lo es, pero también creo que hablo pésimamente el portugués, o sea que si les llegó algo de mi emoción habrá más por el mirar lejos que por el hablar cerca. Debe tener razón nomás el árabe que dijo “quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”. Y ya me fui por las ramas, disculpen ustedes.
Cerrando
las pruebas jerárquicas, el clásico de la corta (1200) es ganado por Hijo
Lejano (Chocolate Chip e Nhuati). 1.80 a ganador para el montado por V. Gil que
emplea un guarismo de 1m 10s 70c. El escolaso al término de la reunión refleja
estos números: la carrera en la que menos se jugó fue la tercera, con 29.598
reales, y la de máxima venta la novena, con 91.163. Promedio por carrera 51.532,
total apostado en las doce pruebas 616.224. El doble de lo que se juega en las
reuniones normales.
Antes
de irnos tengo el gran gusto de felicitar personalmente a Josiane Gulart. Es la
primera jocketta de la historia en ganar el Bento Gonçalves, que se corre desde
1909. También hablamos un poco con el propietario del stud Vale Verde, José Antonio
Pamplona, que con stud TNT es uno de los dueños de Victory is Ours. Confiesa que mas allá de
disfrutar la gran victoria, en definitiva todo se resume en que dormirá
tranquilo esta noche, pero mañana ya se levantará preocupado por preguntar cómo
está el caballo, lo habitual en quienes viven junto a estos atletas de cristal
que son los SPC. Victory is Ours hubiera sido un rival de temer en el Rocha,
dato que no le pasa desapercibido, pero el hombre en cuyos campos padrea Mr.
Nedawi planifica despacio y con cuidado. En el horizonte asoma el Ramírez de
Maroñas, y quizás también pueda evaluar que su caballo tome parte del República
Argentina de Mayo en Slot Park (dos
días después del Bento el ganador de la máxima prueba platense Flag Nine
llegaría al disco en 2m 29s 2/5, tiempo inferior en tres quintos al empleado
por Victory is Ours). Como diría Depetris, otro más que en cualquier momento
puede venir a levantarla del sopi.
Regresamos
al centro de la ciudad compartiendo un taxi con Antonio y Emanuel. Mi
inseparable amigo Mário viene escuchando Grémio - Flamengo, que empatan en uno.
El torneo Brasileirao ya tiene como campeón al Cruzeiro de Belo Horizonte, pero
ahora la lucha está en los puestos para clasificar a las copas o para irse al
descenso. Los gremistas necesitan ganar, consolidarse en el tercer puesto y así
acceder a la Libertadores. Recordaremos por siempre el grito que pega Mário
cuando a poco del final Grémio hace el segundo gol. Los muchachos me invitan a
cenar pero estoy realmente fusilado y prefiero guardar la fusta. Nos volveremos
a cruzar en San Isidro para el Pellegrini y tal vez también en Maroñas para el
Ramírez.
Llega
el lunes. Algunos parten de regreso a sus países, los anfitriones vuelven a sus
ocupaciones cotidianas. Recorro sin yunta la ciudad, compro algunos regalos y
almuerzo en Gambrinus, un viejo y tradicional boliche dentro del Mercado
Público Central. Estamos en la segunda
feira, pero entrada la tarde me golpea con fuerza la famosa tristeza del
domingo, que se reafirma cuando aterrizo en Ezeiza.
Aquí está la agresividad cotidiana extendida como plaga. Han llegado varios vuelos y las colas en Aduana son muy largas. Las personas bufan, zapatean. Cuando demoro un poco en dar un paso el tipo que tengo atrás se me pone a la par. En la fila vecina uno hace punta y aplaude, varios lo siguen. Desde el anonimato que da el gentío, alguien grita que no saben trabajar, seguido por un segundo valiente que complementa diciendo que si no saben trabajar, se vayan. Otro vocifera que nos dejen pasar, y es seguido por un coro. Se ovaciona a un tipo que pelea con dos empleados. Aparece a mi lado la cara inquisidora de un hombre que acaba de gritar y parece censurar mi pasividad. Soy el indio de Atrapado sin Salida, pero este tipo me puede y abro la boca, reprimiendo las ganas que tengo de pegarle una patada a las valijas que lleva apiladas en un carrito.
–Llegaron muchos vuelos juntos.
–Hay que quejarse, si no nos quedamos a vivir
acá.
–¿Cómo voy a quejarme si no sé qué pasa
treinta metros adelante?
–No saben trabajar, eso es lo que pasa. Tienen
que dejarnos pasar.
–¿Y si me dejan pasar y en la valija traigo
una bomba, o merca?
–Esto no pasa en ninguna parte del mundo, se
lo digo yo, que conozco.
Debe tener razón, en pocas partes del mundo
debe haber tanta cantidad de pelotudos por metro cuadrado. Falta nada para que
alguien culpe de la demora al gobierno, o a la oposición. De pronto se habilita
un puesto que permanecía cerrado. Avalancha, gritos, golpes, carreras. Esto
parece la cubierta del Titanic. Qué vergüenza.
Pero no me van a cagar el viaje, compatriotas.
Cierro los ojos y me concentro en sentir ruido a cascos y olor a bosta, en
recordar a mis amigos, en volver a ver caballos galopando en la arena y el sol
ocultándose en el río Guaíba. Con todo eso pico en punta, les saco varios
cuerpos y me alcanzan en el disco.
Marcelo Fébula para De Turfe Um Pouco y Los
Pingos de Todos.
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