miércoles, 25 de enero de 2012


Reconstruyen 68 años después una fuga espectacular de 1944

Un documental arroja luz sobre un episodio que el cine ya tomó

El 24 de marzo de 1944 por la noche, 76 aviadores aliados que estaban prisioneros de los alemanes, escaparon de un campo de reclusión. Los preparativos de esa notable fuga ya habían sido evocados por el cine, pero ahora se agrega un documental de televisión.

El operativo había sido preparado durante meses, período en el cual algo más de cien prisioneros colaboraron cavando un túnel a 9 metros de profundidad, que salía de las barracas del campo y desembocaba cerca de un bosque vecino, en el exterior de la alambrada. Durante la noche del 24 de marzo de 1944 lograron salir 76 aviadores, pero los restantes que aguardaban para seguirlos no pudieron escapar, porque un guardia alemán descubrió a uno de los prófugos en el momento en que salía del túnel y corría hacia el bosque. Entonces comenzó una búsqueda por las zonas cercanas de esa región oriental de Alemania, junto a la ciudad de Zagan, que ahora se encuentra en territorio polaco. Los alemanes consiguieron atrapar a 73 de los que habían fugado, 50 de los cuales serían luego ejecutados.

La hazaña, con las dosis de ingenio, de tenacidad y de heroísmo que debieron aplicarse en ella, fue reconstruida en 1963 por una película llamada El gran escape, que dirigió el experto John Sturges con filmación en Alemania y elenco de estrellas donde figuraban Steve McQueen, James Garner, Richard Attenborough y Charles Bronson, entre otras caras famosas de la época. Allí podía observarse la minuciosidad con que se planificó la fuga, no sólo por la proeza de ingeniería que supuso el par de túneles cavados en un terreno arenoso que podía derrumbarse, sino por el esmero adicional de conseguir documentos falsos y ropa de civil para que vistieran los aviadores luego de salir del campo. El resultado fue una gran aventura, con abundante suspenso en las primeras secuencias de los preparativos y mucha expansión al aire libre para las escenas donde los fugados debían recorrer localidades enemigas y viajar en trenes donde había una prolija inspección. El asunto volvería a filmarse, esta vez en un largometraje para televisión, en 1988.

Pero ahí no terminó la historia. Porque hace varios meses, un equipo de ingenieros, arqueólogos e historiadores británicos, acompañado por nuevos pilotos de la RAF y por algunos sobrevivientes del episodio de 1944, viajaron a Zagan en busca de los viejos túneles, para recorrer lo que siguiera en pie y buscar restos del equipo utilizado por los excavadores de aquel tiempo de guerra. Encontraron varias cosas y los ingenieros de hoy se asombraron de la habilidad con que aquellos aviadores habían cavado y apuntalado una estructura tan profunda sin sufrir contratiempos ni colapsos. Lo que hicieron ahora fue cavar otro túnel (aunque más superficial) para que los pilotos de la actualidad demostraran que sus abuelos no eran más capaces que ellos. Todo ese material estaba destinado a un film documental que se difundió por canales británicos a fines de 2011, aunque cabe esperar que sea divulgado a una escala mayor.

Como detalle emocionante, cuando los pilotos de hoy finalizaron el túnel, hicieron correr por él un sistema de carritos y el primero en circular por allí fue Frank Stone, que en 1944 estaba entre quienes esperaban para cruzar hacia la libertad luego del primer grupo. No pudieron hacerlo porque el guardia alemán dio la alarma, de manera que Stone debió permanecer prisionero, junto a decenas de compatriotas, hasta abril de 1945. El dato es doblemente notable, porque Stone tiene actualmente 89 años y consiguió finalmente salir por el túnel, aunque con casi siete décadas de retraso. Ese veterano insistió en que el nuevo túnel fuera bautizado con el nombre de pila de Roger Bushell, que había liderado el escuadrón de prófugos y fue después recapturado y fusilado. La peligrosa aventura había comenzado en el campo denominado Stalag Luft III, destinado a militares aliados prisioneros de guerra, como parte de un gran circuito de prisiones similares que los alemanes mantuvieron durante la guerra y que no conviene confundir con los campos de concentración ni con los campos de exterminio.

Un ejemplo de esos lugares de reclusión fue ilustrado por el cine en la comedia Stalag 17, filmada en 1953 con dirección de Billy Wilder y actuación protagónica de William Holden, que ganó un Oscar por esa labor. Pero en este caso se trata no sólo de un episodio real, sino de una fuga masiva y sin precedentes, que entre otras cosas demostró la posibilidad de escapar de las prisiones nazis, que algunos consideraban infranqueables. La opinión general cree que los alemanes son un pueblo especialmente aguerrido, y que durante la guerra fueron además unos guardianes feroces para controlar a quienes debieron sufrir como prisioneros. Pero los que opinan así no conocen a los británicos, porque en Inglaterra también hubo numerosos campos de prisioneros para aviadores y soldados alemanes, y lo increíble es que de toda esa masa de cautivos apenas logró escapar un solo individuo durante los cinco años que mediaron entre la Batalla de Inglaterra y el fin de la Segunda Guerra Mundial. El cine también se ocupó de esa fuga solitaria en una película de 1958 titulada El que se fue, que era una producción británica realizada por Roy Baker, aunque tenía al alemán Hardy Kruger en ese papel de su compatriota que levantó vuelo.

Por Jorge Abbondanza
El País
Imagene: El País
Posted by Mário Rozano

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