Aerosol Verdeamarelho
Cuando en marzo viajé a Santiago de Chile para el Gran Premio
Latinoamericano, la llave para confiar en la propuesta del pibe que me ofrecía
taxis en el aeropuerto fue preguntarle si sabía quiénes eran el Beto Acosta y
Pipo Gorosito. Aquí en Río de Janeiro también apelé a la fórmula azulgrana,
pero en este caso para romper el hielo con el chofer.
Apenas estoy en el exterior del aeropuerto me sale un morocho al
encuentro.
-¿Taxi?
Detrás él hay cinco o seis motoristas
que también parecen esperar mi respuesta. Claro, no hay muchos arribos a
las 00:20. Es hora de empezar a tropezar con el idioma.
-Sí, pero un momento por favor. Voy a fumar un cigarrillo.
Me miran. No parecen haber entendido hasta que prendo un pucho. Ahí
cada uno vuelve a su auto y comienzan a hablar desde sus posiciones, con lo que
el barullo en la medianoche casi desierta es notable. Aeropuerto Internacional
Antonio Carlos Jobim. Bien por los brasileros, menos militares y curas y más
artistas populares bautizando lugares públicos importantes. Al cabo agarro la
valija dando a entender que ya estoy listo. Subo a un Chevrolet y recito la
dirección del hotel. El chofer me mira y se queda en silencio. No hablo
portugués pero tengo algunas cosas estudiadas.
-¿Você é um torcedor de Flamengo ou Fluminense?
-¡Tricolor! ¿E você?
-Eu sou um fã do San Lorenzo de Almagro, o berço do mais carioca dos
argentinos, Narciso Doval. O Diabo Loiro.
-¡O Diabo Loiro! ¡Grande jogador de Flu e Fla!
Ahora que rompimos el hielo repite la dirección que acabo de darle,
levanta el pulgar, y arranca. No es que estuviera parado, es que ahora arranca
de verdad. Es el hermano de Ayrton Senna. Cuando sale del aeropuerto comienzan
a sonar muy fuerte una alarma seguida por la advertencia “atenção, monitores de radar” que, aunque vamos con los vidrios cerrados, no tengo dudas deben
escucharse desde afuera, incluso a unos metros de distancia. La voz también le
anuncia la velocidad máxima permitida en el lugar que va transitando, pero el
tipo nada, sigue a fondo persiguiendo al puntero y pasándole bastante cerca a
los rezagados. En las curvas hay que agarrarse para no rebotar contra las
puertas. Alarma y advertencias suenan durante todo el recorrido, apagándose
sólo en los semáforos. La llegada al hotel sólo fue una parada en boxes.
Pit-stop.
El viaje nocturno
sólo me permitió intuír la ciudad velozmente, pero en la mañana del sábado se
empieza a revelar en toda su dimensión. Voy al encuentro de mi amigo gaúcho
Mário Rózano. Lo encuentro en Avenida Atlántica, viene de leer el diario
deportivo, una especie de Olé brasilero, tomando agua de coco en uno de los
característicos kioskos de la playa. Hacemos escala en una agencia de apuestas
para retirar los programas (la reunión empieza 13:30 pero tres horas antes ya
hay catedráticos estudiando y escolaseando), y ponemos rumbo a la Villa Hípica
de La Gávea.
Es de calles más estrechas y menos arboladas que la de San Isidro, tal
vez con alguna semejanza en la arquitectura de sus boxes. Por lo demás, el
clima es el habitual, se sabe que los burreros somos una raza que no conoce
fronteras. En la oficina de un entrenador amigo de Mário hay una animada
reunión. Trainers, capataces, peones, veterinarios, periodistas, burreros
rasos. Entre sanguchitos y gaseosas con hielo se comentan detalles del gran
mitin que comenzó el día anterior con tres clásicos listados y llegará hasta el
lunes. Luego de recorrer algunos boxes vamos a otro stud, donde su gente nos
muestra los créditos de la casa, contándonos detalles de la vida de cada uno. Da
para quedarse todo el día recorriendo caballerizas, pero nos vamos hasta un
remate de SPC en training que se celebra en otra parte del mismo predio y está
en pleno desarrollo. En lo alto el rematador va manejando las cifras mientras
varios empleados que flanquean las tablas donde se exhibe el ejemplar le pegan
un grito cuando reciben ofertas del público. El estruendo general es
impresionante, pero a juzgar por la actitud de los asistentes, totalmente
normal. Al mismo tiempo, en diversas pantallas se emiten carreras del caballo
que se remata y se refleja en cifras la marcha de la subasta al compás que
marca el hombre del martillo. Cuando se cierra una operación, alguna de las
espectaculares empleadas que revolotean por el lugar se encarga de hacer firmar
los documentos al comprador. En la mesa a la que hemos sido invitados, un
veterano entrenador y ex jockey ganador de estadísticas compra un ejemplar que
llevará a competir en Porto Alegre.
Terminada la subasta salimos para el hipódromo junto a Duílio
Berlleze, un propietario brasilero muy simpático que durante el breve viaje nos
cuenta que en Argentina es hincha de Banfield y gran admirador de O Nene Sanfilippo. Otra vez la azulgrana
acompañando. Entramos por el lado de la tribuna oficial. Es un escenario de
entorno imbatible en el que sobresale el imponente cerro Corcovado en el fondo
de la recta, con la pista principal de césped y la alternativa de arena. Por su
amplitud, se trata de uno de los hipódromos sudamericanos construídos más al
estilo europeo que al norteamericano. Pero de todas formas el trazado no es tan
largo como los de San Isidro o Palermo, y las carreras de mil metros deben
correrse en diagonal. La arbolada redonda de exhibición detrás de la tribuna
oficial merece un párrafo aparte. Debe ser es una de las más hermosas del
mundo.
Antes de entrar en materia, compartimos el almuerzo con Thomaz
Florez da Cunha, otro burrero gaúcho que ha dicho presente en la gran fecha del
turf brasilero. La primera cita jerárquica de la reunión sabatina de diez
carreras es el GP Joao Adhemar e Nelson de Almeida Prado GIII 1600 mts que se
lleva por un cuerpo y medio la potranca Energía Fribby, 13.40 a ganador. A
continuación uno de los platos fuertes de la jornada: el GP Major Suckow GI
1000 mts. Definen enemigo y favorito del totalizador. En ese orden se impone el
representante del stud Alvarenga Desejado Put (Put it Back y Super Duda) por un
cuerpo sobre la yegua Bottega, igualando el récord de 54’32” para los cinco
furlongs de la pista diagonal carioca. El programa sigue en el alto nivel con
la inmediata disputa del GP Roberto e Nelson Grimaldi Seabra GI 2000 mts. Gana
por varios y en gran actuación la tordilla de cuatro años Estrela Monarchos
(Monarchos y Dance Fever), a quien tengo la suerte de fotografiar dentro de la
pista. Por aquí se estila que el ganador ingrese a un sector muy cercano a la
redonda sólo para luego volver a salir, ya empilchado con la manta del
vencedor, para prestarse a las fotografías y saludar al público. También se
abre una puerta por donde los presentes en la tribuna oficial pueden acceder a
la pista. Se cierra la ceremonia con la tradicional fotografía del vencedor
flanqueado por gente de su entorno, y la entrega de premios.
Las reuniones no son kilométricas. A lo sumo diez pruebas, que se
disputan en horario diurno sábados y domingos y en nocturno lunes y viernes, de
acuerdo a leyes que prohíben las carreras diurnas en días hábiles. Tampoco
existe un parque caballar como para sostener más días de carreras o reuniones
mucho más extensas. En casi todas las pruebas funciona la apuesta cuatrifecta.
Existe el Pick 7, jugada plural con un eslabón más que nuestra cadena, y todo
lo que queda vacante pasa a engrosar pozos de la futura reunión. La Gávea
también funciona como agencia de apuestas de los hipódromos de San Pablo y
Porto Alegre. Terminada la última competencia del sábado, Mário cumple su
promesa de llevarme a conocer la Rúa Vinicius de Moraes. Allí, en una esquina,
está el bar que también lleva el nombre del inmortal poeta y a escasas dos
cuadras el boliche donde compuso su Garota de Ipanema.
Llega el domingo, día de saco y corbata. Otra vez marcamos tarjeta
antes de la primera y nos vamos a comer al restaurante de la Oficial, que luce
tan engalanado como el resto del circo. El salmón y el congrio que sirven son
antológicos. Uno come disfrutando de la vista hacia el Jardín Botánico,
emplazado en la ladera de uno de los morros característicos de Río. El público
femenino participa, al estilo de las grandes citas turfísticas mundiales, de
una exhibición de sombreros. Pero con semejante calidad y cantidad de mujeres
ese detalle me pasa desapercibido. El día anterior el amigo Thomaz me mandó al
frente con pito y matraca. Estábamos seis o siete juntos en la tribuna,
comentando las carreras. Alguien me habló, pero en ese momento yo estaba
absolutamente desconcentrado. Thomaz explicó mi falta de atención ante las
risas de todos.
-Marcelo de Buenos Aires
olhar mais mulheres do que cavalos.
Hoy el primer
clásico es el GP José Paulino Nogueira GIII 1600 mts que gana por algo más de
tres cuerpos el tordo Set Lua, enemigo en las luces, sobre el favorito Beauséjour.
Seguidamente una prueba de tiro casi desaparecido en nuestras pistas: 3000 mts.
Es el GP ABCPCC - Taça Stud Boook Brasilero GII. Se impone por un cuerpo sobre
el favorito Dubone el alazán de cinco abriles Viewfindere. Las pruebas de fondo
no son una rareza por estos lares, y eso en parte explica el porqué de las
victorias brasileñas en pruebas internacionales de largo aliento, en muchas de
ellas superando a ejemplares argentinos representantes de un turf especializado
en correr cortas distancias a contramano de su historia.
Llega la previa a
la gran carrera, y es otro GI: el GP Presidente da República sobre una milla.
La prueba, que en lo previo se muestra apasionante y con gran ansiedad por ver
en acción a la joven estrella Farrier (una imponente figura de 540 kilos sobre
el que ya hay ofertas del exterior), lamentablemente termina convirtiéndose en
lo peor del gran mitin. El alazán Amadeus Mozart no quiere entrar en las
gateras, y se escapa en sentido contrario. Lo corren los palafreneros pero uno
de ellos se cae y el overo que monta también se dispara, detieniendo su marcha casi
en el disco. Cuando al fin todos llegan otra vez a los partidores, vuelta a
empezar. El alazán no quiere saber nada. Pinta para retiro, pero el personal
sigue insistiendo hasta que el caballo se para de manos, da una voltereta y cae
pesadamente al piso. Veo todo de lejos, no tengo televisores cerca, pero empiezo
a alarmarme. Dos personas salen corriendo en línea recta hacia el lugar del
accidente, uno de ellos no aguanta la carrera y queda doblado junto a una
empalizada tratando de recuperar el aire. Cuando al fin se larga la prueba el
retraso es de media hora. Cruzan en lucha Baccelo y Maltés, con corta pero
clara ventaja para el primero. Se empieza con la ceremonia post-victoria, el
peón no cabe en sí mismo de la felicidad. Pero hay reclamo, y luego de un rato
se da vuelta el marcador. Primero el segundo favorito Maltés, segundo el tercer
plebiscitado Baccelo. Farrier decepciona arribando 7º, pagaba 1.10. El ambiente
está caldeado. La mitad del público aplaude al triunfador, pero la otra mitad
chifla y abuchea, especialmente durante la entrega de premios. Me voy para el
lado de la redonda y vuelvo a alarmarme cuando veo moverse el tractor
ambulancia. ¿Qué habrá pasado con Amadeus Mozart? En un recinto pegado al
cuarto de jockeys, fuera de sí, alguien grita desencajado y golpea los
escritorios. En un momento alcanzo a escuchar ¡Matou um cavalo! No entiendo
bien. Voy a preguntar a mis amigos. Según me dicen, el que grita furioso es el
propietario del caballo distanciado, que pega a sus quejas lo sucedido con el
alazán del accidente. Para ellos está sobreactuando. Recién al otro día me
enteraría que no exageraba. El alazán tuvo que ser sacrificado, y en una
decisión drástica su stud TNT resolvió no correr más en La Gávea y mudar todos
sus ejemplares a San Pablo. Una noticia que cae como una bomba.
Con el revuelo del
reclamo ya atenuado, en la verja me junto a charlar con un burrero que habla
español. Se lo ve muy contrariado y triste. Parece de los míos, nos preocupa
más la suerte de los caballos que la de los humanos.
-Qué mal amigo. Esto seguro que allá en Argentina no pasa, ¿no?
-No crea. A veces sucede. Sin llegar a este extremo, la Polla de
Potrillos del año pasado en Palermo fue un desastre. Caballos golpeados,
lastimados. Algunos tuvieron que ser retirados temporariamente del training.
-¿Y cómo manejaron el tema los directivos?
-Dijeron que fue una Polla ejemplar, y que no hubo caballos
lastimados.
El hombre parece decepcionarse por lo que le cuento. Me palmea el
hombro y se aleja mirando el piso.
Por fin llega el
Gran Premio Brasil. De haber sabido la suerte de Amadeus Mozart no lo hubiera
disfrutado, pero en ese momento ignoraba el desenlace de la historia. Me voy a
la parte interna de la redonda para fotografiar a los competidores de cerca.
Son 18 los que se alistarán en gateras, en el aire flota la tensión de las
grandes topadas clásicas. Buena parte del público y la prensa especializada
esperan la consagración de Gober, ganador de la máxima prueba paulista sobre
césped, pero le reconocen variadas contras como las yeguas Abidjan y
Generosidade, y los machos Aerosol, Mojito, Filho do Vento, Voutade de Matar y
Energía Destaque.
El canter es espectacular, un regalo para los ojos. Aquí también,
como en Argentina, viene precedido por una banda militar (en este caso creo que
policial) que toca el himno. Todas estas bandas me suenan desafinadas y ésta no
es la excepción, pero por lo menos se retiran de la pista dejando los aires
marciales para otro día y tocando Cidade
Maravilhosa mientras la gente se engancha y canta.
El GP no presenta mayores contratiempos en el ordenamiento de
partida, y largan. La primera pasada por el disco y el recorrido del primer
codo muestran en punta al representante de Santa María de Ararás Aerosol,
ungido favorito de la cátedra. Altair Domingos, que ya corrió en otras pruebas
del mitin, ha venido desde Argentina para conducirlo. En el opuesto ha sacado
una ventaja que parecería mucha, pero se nota que viene conteniendo, máxime
cuando la toma de frente muestra a Aerosol viajando con la cabeza torcida y
zorreando un poco. Recorrido el segundo codo y saliendo al derecho final, si
bien las distancias con el malón perseguidor se han estrechado, Aerosol rema
con firmeza y se hace cada vez más fuerte. Entre sus adversarios, el ataque más
decidido lo ejecuta el zaino Ganesh, casi olvidado en las apuestas (53.20).
Cuando pasan frente a mí (estoy algo lejos del disco porque preferí ver la
suelta lo más cerca posible) tengo la impresión que lo va a superar. Pero
Aerosol resiste y se trenzan en lucha. Braman las tribunas, es un final
vibrante y emotivo. Finalmente Aerosol cruza el disco con pescuezo de ventaja
sobre su bravo rival.
El ganador es hijo de Public Purse (USA) y Nina Sabella (BRZ). En su
familia materna encontramos la línea de padrillos argentinos
Pronto-Practicante-Vacilante, éste padre de la brasileña Sweet Alice, madre de
Nina Sabella. Es entrenado por Julio César Sampaio, tiene cuatro años y estampa
su segundo triunfo del máximo nivel, ya que en febrero había ganado el GP
Estado do Río de Janeiro, primera gema de la Triple Corona del turf carioca.
Detuvo el reloj en 2’25”94/100 para los 2400 mts y ahora exhibe un palmarés de
cuatro victorias en doce salidas. Ovación para Aerosol (514 kg), y altos
honores para el escolta Ganesh. Tercero cerca arribó Mojito, cuarto Ibrahimovic
montado por la bella Josiane Gulart, quinto Energía Destaque y sexta la
uruguaya Generosidade. El segundo favorito Gober terminó perdido entre los
últimos, arribando decimosexto.
Pasado el punto más alto, la reunión sigue. En un clásico listado un
tal Volver a Ganar sacude las pizarras abonando 22.10 a ganador. Y luego de
otras tres competencias llegamos al final de la reunión. Todavía falta un día
de carreras para cerrar el festival.
Lunes. Mário me invita a la grabación del programa Rede Turfe na TV
que se emite por TV Comunitaria do Rio y Canal 6 da Net Rio
(youtube.com.br/rede turfe na TV). Lo conducen Juan Carlos Faro, responsable de
la página web Raia Leve (se traduce como “pista liviana”, www.raialeve.com.br), Joemil
Sousa y Ghilherme Moniz Vianna. Llego al estudio sólo para acompañar a Mário,
pero resulta ser que soy uno de los invitados del programa. Intento negarme por
mi falta de idioma, mi natural timidez y la pinta de croto que he llevado, pero
los muchachos insisten diciendo que la ropa no tiene importancia y que, si
hablo en español pero pausadamente, no habrá problemas con la audiencia. Antes
de que se prenda la luz roja el amigo Ghilherme me pregunta qué me parecen las
mulatas de la ciudad, y la pregunta hace que me distienda entre risas y al cabo
aparezca detrás del panel sin mi habitual cara de rope. Se graba una media
horita de programa. Mi participación consiste en dejar algunas impresiones
personales sobre el mitin y mi primera visita a Río. Con mucha generosidad,
también abren un espacio para que pueda hablar del trabajo sobre la búsqueda de
los restos de Yatasto en USA, tema que ya habíamos tocado fuera de cámara.
Luego del programa mi exclusivo guía turístico me lleva a recorrer
el barrio viejo (tiene mucho aire a San Telmo), la zona de Arcos de Lapa y el
sector céntrico, viajando en colectivo y en subte. ¿Dónde más podíamos ir? ¡Al
hipódromo! La gran fiesta del turf carioca se está cerrando con la disputa de
otro clásico listado, el Imprensa Haroldo “Pangaré” Barbosa sobre 7 furlongs
que gana el potrillo Desejado Quality, otro ejemplar del stud Alvarenga. Este
es mi último día de hipódromo, hasta ahora he jugado apenas unos pocos boletos,
casi simbólicos, y los erré todos. Encaro al amigo Marcos Rizzon, responsable
del Jornal do Turfe.
-Marcos, tirame un dato a ver si acierto alguna.
Mário le traduce mi pedido. Allá el dato se conoce como barbada. Me tira un número seis Hoje de
Manhã. Ya lo había calado, garpa 2.10. Con el resto que tengo para escolasear,
a ese sport no lo juego. Gana por dos cuerpos. En la siguiente me le animo a
una cuatrifecta clavando a primero al 11, yobaca que entrena Estanislau
Petrochinsky, el cuidador de Xin Xu Lin, y promete 4.10. Entra segundo del
fierro New Forest, que gana bastante fácil. Final para mi compra de boletos en
Río. Antes de retirarnos nos damos una vueltita por la tribuna en la que
funciona la multinacional Codere. Aquí se juega duro, parejo y variado. Las cuatro
paredes del recinto tienen televisores en los que se pueden ver carreras de
distintas partes del mundo, incluso de trote. Hay unos cuantos intrépidos
siguiendo con boletos dos o tres reuniones en simultáneo.
Cerramos la jornada
cenando en un restaurante de la zona de Arpoador, la esquina donde se juntan
Copacabana e Ipanema. Mário, que tiene conocimientos enciclopédicos en varias
materias y sabe que soy hincha del fútbol de su país, propone ese tema, y allá
vamos. Su querido Grêmio, la historia de la selección
en los mundiales, el perfil mafioso de João Havelange, las dudas
respecto de la real capacidad de Mário Zagallo como DT. Los brasileños son realmente
apasionados del fútbol, que no parece estar tan contaminado de violencia como
en Argentina. Cierto es que ya no se vive como hace veinte años, con las hinchadas
mezcladas, pero no llegan a los extremos de crispación y violencia que se viven
en nuestro país. Respecto de su seleccionado, pese al nivel inapelable que
marca la historia, siempre son críticos. Del ’70 para adelante, durante la
sequía de mundiales, solían pedir que retornara Pelé. Y después de volver a
ganar el máximo torneo siguieron criticando en todo momento al equipo y proponiendo
constantes cambios de jugadores o de cuerpo técnico. Claro, después te bailan
en una eliminatoria, te meten cuatro sin despeinarse en una Copa América y
terminan bien alto en los mundiales, pero la polémica y la crítica siempre
están encendidas. Son tipos que saben del juego. Saben. Tácticas, historia.
Mário en determinado momento de la charla me hablaba de un gran equipo del
Flamengo vencido en una final por el Grêmio. La fabulosa delantera la
conformaban “O Animal” Edmundo, el fantástico Romario, y… No se acordaba del
tercer nombre. De pronto se acercó a la mesa una señora, pidiendo disculpas por
la interrupción.
-Mi esposo dice que el jugador que
le falta en aquel ataque era Savio.
-¿Quién es su esposo?
-Está pagando en la caja, ya
viene.
El señor en cuestión era nada
menos que Gilmar, un excepcional número 10 de Flamengo que en los ’80 vistió
con intermitencias la número 10 del seleccionado. Claro, basta repasar los
nombres que alistaba Brasil en los mundiales del ’82 y ’86 para darse cuenta
que hasta un crack podía quedar afuera de los convocados. De todas formas
comandó las victorias de su selección en un Sudamericano, en el Preolímpico y
en el Mundial Sub-20. Titular y medalla de plata en los Juegos Olímpicos,
elegido mejor jugador de la competición por el COI, fue el artillero del torneo
con 5 goles. Gilmar resulta ser una persona muy agradable, y se queda un buen
rato hablando con nosotros. La estampa no la ha perdido, por un momento imagino
que alguien tira una pelota, el tipo la duerme en el pecho, la pone debajo de
la suela, levanta la cabeza y al ver que no tiene pase, sigue charlando.
El
día martes Mário se vuelve a Porto Alegre. Ha estado trabajando mucho junto a
José Vecchio Filho y Ricardo Menna Barreto Felizzola, presidente y vice del
Jockey Club de Rio Grande do Sul, en la promoción de la carrera más importante
de Porto Alegre, el GP Bento Gonçalves de noviembre próximo. Para esa fecha las
obras de remodelación del hipódromo Cristal estarán terminadas (en una segunda
etapa llegará el turno de rehacer la Villa Hípica), y la pista nueva de arena
será similar a las de Maroñas y Palermo. Planean invitar grandes fustas: Jorge
Ricardo, Pablo Falero, Gary Stevens, Russell Baze, etc. Y ansían poder contar
con caballos argentinos en los partidores del GP. Un directivo de segunda línea del poderoso Santa
María de Ararás trató de muy mal modo a quien se le acercó para interesar al
haras-stud en participar del Gonçalves. Asimismo advertí ciertos gestos de
suficiencia en gente del mismo establecimiento al recibir las felicitaciones y
los trofeos por la conquista del GP Brasil. Si no estoy errado en lo que creo
percibir, es una pena este asunto del engreimiento y las divisiones regionales.
Además, el turf carioca y sobre todo el paulista no parecen atravesar su mejor
momento. Un día tal vez se despierten sobre los viejos laureles donde moran y
noten con sorpresa que los sureños, a fuerza de trabajo e inversión, les han
empardado la línea de carrera.
La
cita es el 17 de noviembre. 105º edición del GP Internacional Bento Gonçalves
GI, 2400 mts de arena. Rating mínimo para los participantes: 106 o más. Sin
valores de inscripción y con 100.000 reales de premio al vencedor (unos 50.000
dólares). El mitin se completará con el GP Presidente da República 1600 mts y
el GP ABCPCC 1200 mts para productos de 3 años y más edad, y el GP Luiz
Fernando Cirne Lima 2000 mts para yeguas de 3 años y más edad. Los interesados
en llevar su caballo pueden comunicarse directamente con el Jockey Club do Rio
Grande do Sul (www.jockeyrs.com.br) o contactar fácilmente al amigo Mário
Rózano a través de Facebook.
El
resto de los días lo pasé recorriendo la ciudad. Como buen murciélago, caminé
por las playas cuando apenas salía el sol, o cuando ya se ocultaba tras los
morros. Subí al Corcovado compartiendo kombi con dos ingleses, dos chipriotas,
cuatro brasileños del norte y dos
bolivianos. Mis diálogos intentando comunicarme con esta gente sin hablar más
que castellano y lunfardo tuvo momentos desopilantes. También anduve paseando
por distintos barrios y analizando las propuestas para un seguro próximo viaje
a esta ciudad del sur fantástico. Tiene hipódromo, fútbol, playas, historia, exposiciones,
bibliotecas, mucha música. Y mujeres… un par de días más y termino en un
neuropsiquiátrico.
En mi última noche antes de pegar
la vuelta, hice una recorrida de bares. El histórico Bar Luiz, el no menos
tradicional Amarelinho, y el Carioca da Gema, mi elegido para esuchar samba en
vivo. Siempre he tenido una profunda admiración por los músicos brasileños,
especialmente por los guitarristas. Estos tipos en la música son como en el
fútbol. Sale Pedrinho del medio del morro, agarra una guitarra, un pandeiro o
una cajita de fósforos y te vuela la cabeza. A Carioca da Gema llegué muy
temprano. Ninguna mesa ocupada, sólo un muchacho cantando bossa nova en el
escenario. Me acomodé y pedí una cerveza. Uno de los mozos, al ver mi
desorientación mirando la carta, me recomendó empanadas de camarón. Resultaron
de GI. Cuando entré, lejos estuve de imaginar que una hora después el lugar iba
a tener gente parada hasta en la escalera. El número central era una morena cantando
acompañada de un sexteto: saxo/flauta traversa, guitarra de siete cuerdas, cavaquinho,
pandeiro, surdo y percusión. Muy bueno. Pero en determinado momento, con tanta
gente parada y bailando, ya no pude verlos tocar. Pese al gentío, seguía solo
en mi mesa, con tres sillas libres. Al ver los problemas que tenía el mozo, lo
llamé.
-Si necesitas ubicar personas,
diles que se sienten aquí en mi mesa, no tengo problemas en compartirla.
Me agradeció. Siguió entrando
gente. Una pareja, otra, un trío de amigos, personas solas. A todos los seguía
acomodando en otra parte de la planta baja o mandando al piso de arriba. Yo no
entendía por qué no se sacaba de encima al menos un problema rápidamente. De
pronto entraron dos mujeres. El mozo se les acercó, les explicó algo, y acto
seguido las invitó a sentarse conmigo. ¡Un crack! Y pese a la gran cantidad de
trabajo, nunca dejó de arrimarse para reponerme el vaso y preguntar si estaba
todo bien y quería otra cerveza. Cerré la cuenta en cuatro con la fusta abajo
del brazo, a lo Galloso.
Las chicas resultaron ser de Porto
Alegre. Estaban en Rio de vacaciones. Eloísa e Irene, aprovecho para mandarles
un saludo. Terminamos cerrando la noche en un boliche más tranquilo,
contándonos algo de nuestras vidas y planeando un próximo encuentro en Buenos
Aires, si vienen en octubre, o en Porto Alegre, adonde si todo sigue bien iré
en noviembre para ver el Gran Premio Bento Gonçalves y conocer personalmente a
Mário Rózano (padre), un prócer del turf brasileño.
Desejado Put un rayo en la corta.
Estrela Monarchos, una reina en las veinte cuadras. Aerosol, un muy buen yobaca
fondista, natural candidato a llevarse otro Pellegrini en Diciembre. Pero el
mozo de Carioca da Gema, un crack.
Fotos: MF








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