martes, 12 de junio de 2018

NI UNIVERSIDAD NI TRABAJO

 



Ante el relevo de prueba de la gobernadora Vidal –los pobres no califican para ir a la Universidad- no demoró en su entusiasmo por hacer aún más honda las vidas de los sectores humildes, bien de abajo, los no calificados. Por eso envió al parlamento un proyecto de ley que elimina los aportes –el 9% del juego de azar- destinados a los Hipódromos de La Plata, San Isidro, Dolores, Azul y Tandil. Sin otro argumento que supuestos hospitales, escuelas, jardines de infantes, u otras nobles instituciones que podrían construirse con esos dineros, bienes públicos que ya figuran en los presupuestos anuales, y podrían, si ese es su pensamiento, incrementarlos cada vez que se trate la Ley de Leyes.

No logra superar el circuito de cada hipódromo el reclamo que de los sectores laborales del Turf, surgen contra la medida. El gremio es débil. Sólo carteles en cada podio, indicando que en Buenos Aires viven 720 mil personas vinculadas a las carreras de caballos de esos centros. Pero deben abordarse otros aspectos que hacen a la hípica, y que generalmente son soslayados. Los estados al organizarse, se dieron sus códigos, leyes, reglamentos, constituciones. Si algún vacío legal no había sido llenado, se optaba por la aplicación del Derecho Comparado. Aquellas normas vigentes en otros países, se incluían como propias, saldando la cuestión, lo que no descartaba debates posteriores al respecto.

A comienzos del siglo 21, Argentina y Uruguay –vaya país para comparase-, vivían crisis similares, pero se tocará únicamente la actividad hípica. Maroñas cerrado, Las Piedras derrumbado e inactivo, escuálidos hipódromos del Interior, con mínimas reuniones por año –a lo sumo media docena en los más pujantes- como Colonia, Paysandú, Melo, Florida. Jorge Batlle –distinguido miembro de una familia de ilustres políticos uruguayos- tras serie de impugnaciones, adjudicó el Nacional de Maroñas, dando por finalizado el conflicto que planteaban los oferentes, comenzando una prodigiosa etapa para el Turf. Luego llegó Las Piedras, remodelado totalmente. Cambió de manos el ejecutivo oriental, pero se continuó con la misma política de crecimiento. Surgió al Sistema Integrado Nacional de Turf (SINT) y los de abajo llegaron arriba. Ya han sido mencionados. Abren sus puertas cada 21 días con no menos de 8 carreras por programa, integran en simultáneo la programación de Las Piedras, habitualmente sabatina. Uruguay corre tres días a la semana (viernes, sábado y domingo), más feriados nacionales. El aporte del estado es el 5% de las jugadas del casino. Desarrolla completamente la industria del caballo –trote, enduro, polo, árabes, cuarto de milla, spc, haras-, hay habilitados una decena de institutos técnicos de capacitación, y mencionan con orgullo, que Uruguay es un país con 50 mil hombres de fuerza. Conocimiento, recursos, inteligencia, pulcritud administrativa. El camino uruguayo. El pobre en Uruguay califica para su capacitación, y luego decidirá por la universidad.

En esos albores el gobernador Felipe Solá por decreto, ordenó el juego de azar de su provincia y dio un aporte extraordinario para las carreras de caballos, el 9% de lo jugado en las tragamonedas. Las expectativas fueron grandes. La Plata llegó a premios imposibles de imaginar poco tiempo atrás, San Isidro respiró un tanto más aliviado, Azul y Tandil parecían recuperarse, aunque algunas administraciones privadas dejaron dudas y vacíos. Luego vino para los dos hipódromos una mejor administración y todo parecía progresar. Pecado mortal olvidar a Mar del Plata, habilitaron al mínimo Dolores, teniendo en Vedia las instalaciones listas para incorporarlo a la grilla sin gastos mayores. Algo falló. Incomparable esta pretensión de Derecho Comparado.

El ejecutivo bonaerense insiste en derrumbar al Turf. Sin el aporte, los hipódromos oficiales deberán sortear muros inescalables. Ahora se va contra las carreras cuadreras, y se ha comunicado a los intendentes –los hipódromos criollos son comunales- que no organicen más este tipo de competencias. Se anularon reuniones programadas, otros anunciaron su inactividad, sólo algunos intendentes opositores defendieron a la actividad y a sus trabajadores, hicieron valer la potestad que la ley les confiere, y se pudo correr normalmente.

Pobre vareador bonaerense, primero lo marginan de la universidad y ahora le quitan el trabajo. Nada separa más al funcionario de la gente que el despacho. Más si es una fortaleza y se viaja en helicóptero.





G.A./TAG
Revista TODO A GANADOR

By: Constanza Pulgar - De Turf Un Poco

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