viernes, 18 de diciembre de 2015




Altair Domingos: "¿Qué más puedo pedir este año?"


El jockey ganador del Pellegrini pelea la estadística y está ternado para el Olimpia


Por Carlos Delfino | canchallena.com  

Domingos y Hi Happy, otra vez socios en un gran éxito.
Foto: Hipódromo de San Isidro


Figurita repetida Altair Domingos. Con los colores azul y amarillo que más lo identifican en las pistas, otra vez el jockey fue el imán para los aplausos y las fotos. Hi Happy, el potrillo de la caballeriza La Providencia, volvió a ser su socio, ahora para festejar el primer Gran Premio Carlos Pellegrini de su cosecha. "¿Qué más puedo pedir este año después de ganar el Jockey Club, el Nacional y este clásico?", pregunta. No hay quién se anime a darle una respuesta ante la voracidad de sus logros.

Apuntó a lo tradicional el jinete cuando cruzó el disco y se paró en los estribos del potrillo. Luego, en la entrega de premios, se subió a la tarima saliendo del protocolo. Ya lo había hecho en Palermo, luego del Derby, y todos sonrieron, una imagen que se repitió ayer y le ha dado impunidad para las celebraciones. Si la tapa de la copa voló y terminó fuera de escena en las primeras fotos es parte de la anécdota. Enseguida, a Altair se la alcanzaron, la calzó y todo siguió bajo la lluvia como si nada.

"El caballo es una máquina, tiene una clase bárbara. Te enseña cómo lo tenés que correr", señala Domingos. Ha sabido interpretarlo, sin dudas. Y esta vez valió el mejor triunfo, como para cerrar otra temporada inolvidable en lo personal. Mientras pelea la estadística con Pablo Falero, su nombre suena más fuerte para los premios Olimpia. El año pasado lo ganó por primera vez.

Rodeado de su mujer y sus dos hijos, mientras le costaba avanzar entre el público en el puñado de metros que separa la entrega de premios del salón Macón, Altair profundizó sobre el desarrollo: "Salió todo como esperábamos. En un lote tan numeroso, pese a venir de menor a mayor, no tuvimos problemas en el desarrollo y al entrar en la recta final enseguida pude darle libertad. Ya faltando 300 metros sentí que no se escapaba el triunfo".

Feliz, Domingos destaca que "el potrillo es más ágil en el pasto", en un modo de diferenciar este final claro con el del Nacional, a puro corazón; hace hincapié en la sanidad que ha mostrado siempre y aplaude por el trabajo del entrenador, Pedro Nickel. "Llegar a un buen nivel no es tan difícil como mantenerse. Ahí estuvo la mano del cuidador", justifica.

A los 34 años, Altair se siente en plenitud y los resultados llegan en consecuencia. La tarde ya había comenzado con una alegría en una carrera común, en las riendas de Ginga, una potranca de la misma caballeriza. Una figura repetida, como se dijo, en las grandes carreras del calendario. Competitivo y ganador, Domingos seguramente no buscará respuesta a su pregunta inicial y apuntará a seguir sumando premios. Está en su esencia.

Carlos Delfino | canchallena.com 

By: Constanza Pulgar - De Turf Un Poco

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